La ciencia y el arte a menudo se consideran disciplinas con poco en común. ¿Seguro? Si investigamos un poco, veremos que el arte y la ciencia están muy unidas. Ambos campos de estudio requieren de una creatividad que están estrechamente correlacionadas. Muchas de las personas que se han dedicado al arte y la ciencia han confirmado que el trabajo de una disciplina influya sobre la otra.
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Códigos informáticos que se convierten en imágenes, instalaciones donde el olfato es protagonista, latidos de corazón que encienden y apagan obras de arte o disecciones de cadáveres para dibujar mejor la figura humana son algunos de los nexos que la ciencia y el arte han tenido a lo largo de la historia.
Pero la relación no solo es ciencia y arte, sino también a la inversa. A lo largo de la humanidad, los artistas han representado diferentes escenarios de la naturaleza que ha sido muy importante para aumentar el conocimiento científico. En este sentido, los artistas también trabajan esto, para entender su calidad y valor de inversión, te dejamos esta guía gratuita.
Tabla de contenidos
Artistas contemporáneos que han utilizado conceptos de la ciencia para crear sorprendentes obras de arte
Vamos a hacer una selección de artistas que unen estos dos conceptos tan diversos entre sí, pero tan complementarios a su vez. Desde artistas emergentes o de media carrera a hitos históricos que, seguro, ya conoces. La relación de estos dos campos de estudios es muy curiosa, presta atención y si te quedan con ganas de más solo tienes que preguntarnos.
Magda Arqués
Magda Arques centra su trabajo artístico en las nuevas tecnologías y el arte digital. Además de participar en numerosas exposiciones y bienales con su obra, es profesora en la Escola D’Art de Disseny en la asignatura de Medios Informáticos. Su trabajo parte de los códigos informáticos de programación de los que se apropia para modificarlos y convertirlos en imágenes. A través de sus proyectos, Magda reflexiona sobre cómo la tecnología actual que nos rodea nos influye en nuestro día a día.
«Apropiarse del código es un acto poético y político», afirma la artista.
Ella utiliza el software Processing para generar imágenes tanto en vídeo como imagen física al igual que genera imágenes 3D con código. «El código vendría a ser como un poema, o literatura, donde los artistas nos apropiamos de él para crear o generar imágenes».
Pablo Armesto
Pablo Armesto es un artista contemporáneo español. De origen suizo, centra su trabajo en captar instantes concretos mediante sus obras lumínicas. Su obra se cataloga entre pintura abstracta geométrica y escultura contemporánea y experimental.
Su arte es mucho más experimental, utilizando la ciencia para relacionar el arte con la luz, que usa de manera plástica y material a la hora de crear sus obras. Para eso utiliza (e investiga) diferentes materiales: neón, cátodos, LED, fibra óptica… Esta última es la que utiliza en sus esculturas de luz, haciendo que parezcan colisiones atómicas. Así es cómo emplea su carácter inmaterial para crear espacios oníricos, generando nostalgia entre los espectadores.
Su trabajo se puede ver en exposiciones nacionales e internacionales, y en colecciones tan importantes como la del BBVA.
Manu Muñóz
La relación arte y ciencia en la obra de Manu Muñóz deriva de su gran amor por la naturaleza. En ellas representa todo tipo de pájaros, felinos, lagartos, completamente ajenos a la fauna occidental y con representación de todo el mundo. Con orígenes puramente basados en el street art, sus obras son personales y puras, creando composiciones totalmente diferentes a las que acostumbramos ver en representaciones de animales. El elemento clave es la naturaleza, recreando los elementos universales que remiten al caos en composiciones completamente llenas de colores, figuras y movimiento.
Marian Garrido
La asturiana Marian Garrido (1984) desarrolla un trabajo en torno a la unión entre la ciencia y lo mágico. Así plantea la recuperación de conocimientos ya perdidos. Fue una de las ganadoras del Circuito de Artes Plásticas de la Comunidad de Madrid y es profesora en el Instituto Europeo di Design Madrid.
Hemos podido disfrutar de su obra en la exposición colectiva que se celebró años atrás, llamada Adverbios Temporales en CentroCentro Cibeles con una videoinstalación dedicada a la ucronía y fue una de las elegidas en el Generación 2017 con Souvenirs of Future Nostalgia, como veis en la fotografía de Zazi White.
Rafael Lozano-Hemmer
El mexicano Lozano-Hemmer se graduó en química física a finales de los años ochenta. En la década siguiente, comenzó a canalizar sus intereses científicos en la creación artística.
Utilizando internet, programación de ordenadores y reflectores, Lozano-Hemmer creó instalaciones públicas a gran escala. Estas dependían en gran medida de la participación del espectador. Últimamente, su trabajo ha adquirido una inclinación más biológica. Para ello, utiliza los latidos del corazón de los espectadores y las huellas dactilares. Estos actúan como interruptores de encendido y apagado en sus trabajos cinéticos y basados en la luz.
Lo hemos podido ver en Europa, Asia y América y, este otoño 2018, inaugura una exposición en el Museo Hirshhorn de Washington. Allí utilizará este tipo de datos biométricos para criticar e invertir los sistemas de control y vigilancia del estado.
Miriam Fernández
Licenciada en Bellas Artes pero también en Ingeniería, la artista Miriam Fernández conjuga en su trabajo estas dos prácticas, lo que le lleva activar elementos poéticos sobre conceptos científicos o a intervenir elementos cotidianos mediante procesos técnicos, por ejemplo. Como ella misma explica: «Me interesan los procesos y estrategias, con un especial interés en el fracaso como posibilidad, sobre todo como contraposición a la idea del mismo en un mundo como es el de la ingeniería en el que tiene graves connotaciones».
Eduardo Kac
Hablar de la obra de Eduardo Kac no deja indiferente a nadie. Trabajando a nivel genético, una de sus obras más conocidas es Alba: un conejo blanco que (bajo condiciones concretas) brillaba en la oscuridad. Esto lo consiguió alterando genéticamente los óvulos de un conejo, al que integró genes bioluminiscentes de una especie concreta de medusa. Todo este trabajo lo llevó a cabo en distintos laboratorios, con un equipo de científicos y bajo la premisa de la biotecnología como unión entre arte y ciencia.
No es la primera obra transgresora que crea: en 1997 se implantó un microchip en el tobillo, que contenía un número de identificación de nueve caracteres (su función real deriva de los animales). A esto hay que sumarle una mirada política, pues es el lugar en que se marcaba a los esclavos negros durante la esclavitud en Brasil.
Anicka Yi
El trabajo de la japonesa Yi oscila entre el arte y el experimento de biología. La artista, residente en Nueva York, es conocida por crear experiencias en sus instalaciones involucrando los sentidos, especialmente el olfato.
Si bien ella no tiene un conocimiento formal de la ciencia, estudia vorazmente y trabaja en estrecha colaboración con biólogos, químicos y perfumistas para crear sus olores inusualmente evocadores, así como instalaciones que funcionan como placas bacterianas. Yi respondió en una entrevista en el New York Times que los científicos y artistas “trabajamos de manera muy similar, solo que en líneas temporales inversas: los científicos tienen su hipótesis y luego pasan los próximos 20 o 30 años de su carrera tratando de probarlo, mientras que los artistas no entenderán realmente cuál fue su hipótesis hasta el final de su carrera».
Artistas clásicos que han utilizado conceptos de la ciencia para crear sorprendentes obras de arte
Santiago Ramón y Cajal
Conocido como el padre de la neurociencia moderna, el español Ramón y Cajal fue el primero en sugerir que las células individuales estructuran el cerebro. Fue en la década de 1890, cuando creó dibujos detallados para ilustrar sus hallazgos ayudados por el microscopio.
Sus representaciones ganaron el Premio Nobel y son, incluso ahora, valiosas fuentes de información neurológica, y atestiguan las afinidades artísticas de Cajal, ya que originalmente se propuso ser un artista antes de que su padre lo empujara hacia la medicina. Los dibujos de tinta sobre papel a veces recuerdan a una sección ampliada de La noche estrellada de Vincent van Gogh (1889) o un árbol con muchas ramas.
Samuel Morse
Morse se formó en la Royal Academy of Arts de Londres y cofundó la Academia Nacional de Diseño en Manhattan; pero su carrera como artista se ve ensombrecida en gran parte por sus contribuciones a las comunicaciones. Después de que sus pinturas no obtuvieron elogios en Estados Unidos, Morse recurrió a la electromagnética. Pero lo que finalmente le hizo conocido, fue la invención del telégrafo y el código Morse.
Sin embargo, sus ambiciosas obras de estilo neoclásico, como la Galería del Louvre (1831-33, en la foto) e incluso sus retratos de figuras famosas como Eli Whitney y John Adams (que creó a regañadientes para mantenerse), son testamentos de su habilidad bien afilada.
Leonardo Da Vinci
Leonardo fue una persona muy curiosa, lo que le llevó a grandes descubrimientos. El artista italiano investigó desde la anatomía humana hasta la astronomía. Desarrolló máquinas voladoras basadas en sus observaciones de aves; diseñó armas automáticas tempranas y disecó cadáveres para escribir y dibujar notas detalladas de tendones, músculos y huesos humanos.
Su enfoque en la anatomía y la perspectiva, le llevó a la creación de algunas de sus obras más conocidas; como la Mona Lisa (1503-19) y La Última Cena (1495-98). Leonardo trataba de comprender la ciencia, para así reproducir mejor el mundo que lo rodeaba.
¿Conocías alguno de los artistas mencionados? Cuéntanos tus dudas, inquietudes o si conoces algún otro que no hayamos mencionado.
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