El artista Antonio Guerra reflexiona, a través de fotografía e instalación, sobre los procesos de transformación del paisaje y nuestra percepción del mismo a través de las imágenes. Guerra utiliza la intervención del paisaje como materia prima a través de la cual expresar sus ideas, como el abuso que hace el hombre del medio ambiente y la fragilidad de éste o las asociaciones simbólicas que tenemos del paisaje desde un punto de vista cultural.
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Para empezar una pregunta típica, pero no por ello menos interesante: ¿cómo y por qué empezaste a utilizar la fotografía como medio de expresión?
Dedicarme al arte ha llegado de una manera natural, es el camino que vas escogiendo por motivación, inquietud e intereses. Siempre he tenido una relación especial con la imagen y llega un momento donde tomo consciencia de lo que supone este interés y lo que significa para mí. Empiezo a comprender su potencial para relacionarme con el mundo y mi necesidad de comunicar o expresar determinadas inquietudes.
¿Te interesa la naturaleza, el medio ambiente? A través de tu trabajo podríamos pensar que sí, ya que interactúas mucho con el paisaje.
A la hora de plantearme un proyecto o una obra, busco abordar temas que me sirven para aprender algo sobre lo que me rodea, que suponen un reto y me permiten experimentar. Me interesa el proceso creativo que surge al “enfrentarme” al medio natural y cómo plantear ese proceso para cuestionarlo o adaptarme a él.
En tu obra apreciamos pequeños fragmentos de relatos inacabados, con un significado abierto, no implícito. ¿Cómo de importante para ti, a la hora de realizar una imagen, es el significado que le vaya a dar el espectador? ¿Te interesa que sea él el que, a través de su imaginación, la complete?
Construyo relatos y escenas que abordan, desde diferentes perspectivas, los procesos de transformación del paisaje. Al tratar un tema como el paisaje, que tiene tanto peso cultural, es imprescindible contar con la lectura del espectador, porque siempre se va a llevar el tema en cuestión a su terreno. Por eso, muchas piezas presentan un relato o acción inacabada, con la intención de buscar nuevos significados en la representación de la naturaleza y la percepción que tenemos de esta a través de la imagen.
¿Qué te aporta trabajar con disciplinas distintas como son la fotografía y la instalación?
Interactúo con la fotografía, la escultura o la instalación como si fueran una sola disciplina. De este modo, puedo abordar desde diferentes planteamientos un mismo concepto y me permiten mayor libertad de creación. Puedo generar múltiples lecturas y profundizar de un modo que no lograría con una sola.
Hace poco entrevistamos a Jorge Isla, y veo que hace dos meses estuvisteis juntos presentando vuestro trabajo en un festival, junto con otros artistas jóvenes. ¿Qué os une como artistas de una misma generación? (No solo con Jorge, sino con todos los demás artistas con los que compartes residencias, expos, becas…).
Con los artistas de mi generación, supongo que nos une unos intereses comunes a la hora de abordar los proyectos, que tienen que ver, aunque sea de un modo inconsciente, con la época que vivimos, el lenguaje o los materiales que utilizamos. Supongo, que también intentar sobrevivir en la precariedad del sistema del arte español.
¿Qué es para ti tener éxito en el arte?
A mi modo de ver y en el contexto político social en el que nos encontramos, en el arte como en otros aspectos de la vida, el “éxito” es un concepto planteado en la sociedad por el neoliberalismo. Lo interesante de este tipo de ideas y conceptos son los pensamientos que nos inculcan a través de ellos y como de un modo inconsciente podemos acabar aceptándolos como nuestros.
¿En tu práctica artística, ¿dónde empieza el proceso de una nueva obra?
Normalmente un proyecto me lleva al siguiente. Durante el proceso y producción de un trabajo, siempre surgen nuevas ideas y preguntas que generan nuevas inquietudes, que dan pie a una nueva investigación. Posteriormente, comienzo con el proceso de conceptualización de esas ideas y puesta en práctica.
Cuéntanos un poco sobre el proyecto que presentas en Saisho.
En Sahiso presento una selección de piezas del proyecto “Ver de Acción”, trabajo que reflexiona sobre los límites entre lo natural y lo cultural. A través de intervenciones en el territorio, instalaciones y pequeños performances, creo una serie de relatos, con la intención de establecer una relación entre el entorno natural y su representación.
¿Cuáles son tus próximos proyectos? ¿En qué estás trabajando ahora?
Estoy cerrando dos proyectos que comencé en 2015 y que, por su envergadura y producción, no he podido finalizar aún. En ambos el paisaje sigue siendo el protagonista, aunque de maneras muy diferentes. También estoy preparando un par de exposiciones individuales de cara al 2019 y la participación en JustMad en Febrero.
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