Daniel Domingo es un artista joven, un escultor que ha consagrado su vida al arte. Sus esculturas parten de un trabajo de investigación teórica que sustenta y significa las formas plásticas de su obra. Es un escultor que explora el significado del espacio y su relación con el espectador.
Vamos a conocer más a fondo las motivaciones y la historia de Daniel para poner en justo valor las dos de sus series “Torsión del espacio” y “Despliegue de sólidos” que tiene en nuestra plataforma digital: Saisho.
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Entrevista a Daniel Domingo Schweitzer
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Cuéntanos si existe algún acontecimiento en tu pasado -quizá en tu infancia- que haya influenciado para que tuvieras claro que querías dedicarte al arte…
¡Vaya! Es una pregunta un tanto particular. No tengo ningún acontecimiento en concreto de la infancia, que yo recuerde. Más que acontecimientos podría decir que han sido una serie de decisiones a lo largo de mi vida que han dirigido el camino hacia el arte.
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Entonces cuéntanos esa historia, qué decisiones has tomado y cómo han ido decantando en tu quehacer artístico
Creo que esta es la pregunta más sencilla ya que, en parte, implica mirar al pasado. El punto de partida ha sido mi formación: primero el bachillerato de Artes Plásticas, después la carrera de Bellas Artes y finalmente el Máster en Producción Artística.
Iniciar todos estos estudios conllevan una decisión que abre unas puertas y marcan un camino, a la vez que cierra otras. Estas decisiones han sido, si me lo permites: “fáciles”. Era el camino inevitable. Es decir, dentro de mis intereses y necesidades era una decisión lógica y clara.
Otra cosa diferente es hablar de construir una carrera como joven artista. Esto es un proceso largo, cargado de incertidumbre. Además, es un proceso duro que se hace a pesar de ser consciente de sus dificultades.
Un buen amigo mío decía que el arte es para valientes. Yo añadiría que es para valientes perseverantes. En este proceso es importante tener claros los objetivos y las prioridades y, a partir de ahí, gestionar de la mejor manera posible los recursos que uno dispone. Es decir, tomar decisiones certeras que abren unas puertas y cierran otras.
Por otro lado, a pesar de las dificultades, es un camino apasionante, lleno de sorpresas, vitalidad y creatividad. No te aburres nunca. Para mí el arte es una necesidad vital, sin la cual no me puedo sentir realizado. Probablemente ésta sea la principal razón que encauza mis decisiones y me lleva a seguir avanzando en mi carrera y en mi obra.
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Es verdad que el arte es para perseverantes ¡estamos de acuerdo! explícanos el proceso que conlleva tus obras…
Esta pregunta es muy relativa y depende de diferentes factores. Realmente no tengo una metodología rígida que se pueda aplicar de forma trasversal a mi producción artística. Ésta cambia en función de las características de la obra, de las técnicas y de los materiales.
En obras de gran formato, por ejemplo, es necesario recurrir a maquetas. Hay obras que necesitan de procesos técnicos muy rigurosos y otras que pueden ser muy intuitivas. Hay trabajos donde se pasa por un proceso de aprendizaje, de ensayo-error. Un proceso que puede ser muy plástico, donde “hacer” y “rehacer” se convierte en sinónimo de reflexionar a través de las manos, de las formas y la materia.
Son procesos creativos con una duración indeterminada. Por ejemplo, en la serie “Torsiones del espacio” pasé varios meses haciendo pruebas fallidas. Se realizaron maquetas, pruebas de materiales y de formas. Hubo que idear sistemas de producción y herramientas específicas para alcanzar resultados satisfactorios. Una vez resuelto todo este proceso, la producción de las propias piezas en concreto fue muy rápida.
Por tanto, cabría preguntarse, ¿todo el tiempo utilizado en este proceso de ensayo-error es parte de la producción de la obra? ¿Los tiempos de lectura, de indagación, son parte de la producción de la obra? ¿Y el recorrido que ha llevado mis investigaciones artísticas a su estado actual? Son límites muy difusos donde producciones específicas se engloban dentro de una investigación que aborda el conjunto de mi producción artística.
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¿Por qué una persona «debe» comprar una obra tuya?
Desde una perspectiva general, creo que el motivo principal para que una persona quiera adquirir una obra es que pueda “conectar” con ella de alguna manera. Creo que en esa conexión está parte de la esencia de las finalidades que pueda tener una obra de arte.
Esa conexión no debe ser necesariamente una experiencia estética, aunque sí suele conllevar una reacción emotiva y/o reflexiva. El arte tiene capacidades comunicativas propias, únicas. Desde su propia especificidad es capaz de generar conocimiento.
El arte articula lenguajes propios, que no se pueden traducir. Pertenecen a la imagen, a la experiencia que se genera con el encuentro entre obra y espectador. Cuando “conectas” con una obra, ésta es capaz de transmitirte, desde su propia especificidad, algo nuevo. O por el contrario, te permite descubrir algo que ya llevabas dentro. Es capaz de irradiar o de plantear una pregunta.
En mi trabajo en particular busco generar esa conexión con el espectador a partir de una reacción emocional. Creo que mi obra está cargada de relaciones simples y complejas a la vez, que se condensan de forma inequívoca en un objeto específico. Busco un primer impacto, una impronta. Algo que mueva. Las reflexiones intelectuales vienen con posterioridad y están condicionadas por la impronta.
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Dinos por qué has elegido abordar el tema principal de tu obra. Qué quieres explorar con ese tema?
No sé si uno elige un tema o es al revés. Actualmente hay una constante que vertebra todas mis investigaciones: existe un preocupación por el espacio, cómo se construye, se define y experimenta. Cómo el cuerpo (el espectador en su caso) se convierte en un agente activo y determinante en la experiencia del mismo.
En los años 60 hubo una serie de hitos en el mundo del arte (land art, minimal, etc…) que Rosalind Karuss teorizó en su “campo expandido” en la escultura. Esto marcaría un antes y un después: plantea una transformación, no sólo del concepto escultórico, sino también del espacio que ocupa la escultura. Este cambio de paradigma hace que en la actualidad sea impensable trabajar en formatos tridimensionales sin tener en cuenta el espacio que ocupan.
En lo referente a mi obra, siempre me ha interesado buscar cuestiones esenciales o elementales. Es una continua búsqueda de lo simple para encontrarme con lo complejo. Esta búsqueda, que se realiza a partir de la praxis, es decir, a partir de investigaciones que se basan en la especificidad de los lenguajes plásticos, ha dado con la problemática del espacio como un elemento fundamental en el arte que se desarrolla en el ámbito tridimensional.
Es una forma de abordar una problemática que pertenece a los fundamentos de la escultura contemporánea y que está estrechamente vinculada al cuerpo. El espacio se ha convertido en un elemento de reflexión y experimentación. Es algo tan cotidiano que no reparamos en él. Pero en él nos movemos, desarrollamos nuestras intencionalidades.
Para abordar esta problemática, he utilizado diferentes recursos como pueda ser la geometría, la interactividad o diferentes conceptos como los fractales y los simplex. Es una búsqueda constante de matices que transita por diferentes materiales, técnicas y propuestas específicas.
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Qué premio, beca, expo etc has conseguido consideras que ha sido el hito más importante en tu carrera artística?
Podría marcar dos situaciones que realmente han supuesto un cambio transformador. Por un lado, mi participación en la undécima promoción en la Fundación Antonio Gala Para jóvenes Creadores de Córdoba, España.
Esta beca supuso el inicio real de mi carrera y de una serie de investigaciones que desembocaron en los temas que estoy explorando en estos momentos. Fue una experiencia muy intensa, de intercambio y aprendizaje, donde se cristalizó un proyecto que cumplió con ciertos hitos a la vez que marcó puntos de inflexión.
Por otro lado cabe destacar otra residencia para artistas más actual: la International Art program, Pilotenkueche, realizada en Leipzig, Alemania a finales de 2019. En este caso fui seleccionado para formar parte de un programa de tres meses acompañado de un grupo de artistas internacionales.
Junto a la producción de un proyecto financiado por una Beca de Residencias en el Extranjero de la Comunidad de Madrid, realicé open-estudios, visitas a galerías, entrevistas con comisarios y varias exposiciones colectivas y una exposición individual. Nuevamente fue una experiencia de gran intensidad, de mucho intercambio y aprendizaje. Creo que estas residencias son la mejor forma de poder confrontar, contrastar y compartir esas experiencias específicas de diferentes contextos de arte, que confluyen de forma única en un momento y en un lugar determinado.
Daniel, te agradezco mucho esta entrevista. Sin duda siempre es interesante conocer las motivaciones de los artistas y el proceso que conlleva materializar una idea en una obra de arte. En tu caso estamos seguros de que nuestros lectores estarán encantados de leer tu entrevista y que quizás tengan alguna pregunta extra para tí.
¡Me encantaría responder las preguntas de vuestros lectores!
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