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Antonio Ferreira: "Lo anómalo nos ayuda a comprender y, más importante, a cuestionar la normalidad".

El artista, investigador y comisario Antonio Ferreira, combina la teoría y la práctica para trabajar sobre las anomalías y los trabalenguas que se generan en los canales de comunicación de los medios digitales. Los resultados de sus investigaciones le han llevado a ganar numerosos premios dirigidos a nuevos creadores, e incluso a participar en las reconocidas “Picnic Sessions” que organiza el CA2M. Hemos charlado con él sobre su proceso de trabajo (algo esquizofrénico y esquizotécnico, según sus palabras), el impacto de lo digital en nuestras vidas y el rol del artista – comisario.

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Hola Antonio, ¿recuerdas el momento exacto en el que decidiste que te querías dedicar a lo que te dedicas?

Me costaría encontrar un solo momento, creo que más bien es un resultado orgánico de decisiones conscientes o casuales, pero lo intentaré:
Si «a lo que me dedico» es al arte en general, recuerdo bien una anécdota que me marcó en el primer ejercicio de dibujo en primero de bachillerato artístico. Al entregar la ilustración, el profesor comentó (no de manera peyorativa): ¿Qué te pasa en la cabeza? Ahí comprendí que mi práctica debía ir más allá de lo manual.
Si «a lo que me dedico» es al arte en una faceta más productiva, profesional y ligada al campo expositivo/comercial, sin duda la experiencia de participar en el proyecto de Entreacto en la galería Espacio Mínimo fue la que me orientó a decidir en qué espacios quería mostrar ciertas piezas y me dio muchas habilidades a la hora de precisar el display y el discurso.
Y, si «a lo que me dedico» es a la investigación artística vinculada a la universidad, debo agradecerlo sin duda a las profesoras de la Unidad departamental de Historia del Arte en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense. Con todas ellas aprendí a tratar la teoría de una manera que aún me acompaña hoy en día.

¿Cómo es tu proceso de trabajo?

Es algo esquizofrénico y esquizotécnico. Se mueve entre lo excesivamente ordenado o maniático (rozando el Trastorno Obsesivo Commpulsivo) en busca de la precisión, y lo poético del malentendido y la metáfora en busca de un significado encriptado. Podría representarlo en la figura de un cirujano con párkinson, un oculista estrábico o un cantante tartamudo. Intento centrarme en pequeños gestos y anomalías del sistema, tanto informático como anatómico. Pienso que lo anómalo nos ayuda a comprender y, más importante, a cuestionar la normalidad. Metodológicamente mi trabajo es totalmente teórico-práctico, por eso creo que la conferencia performativa es el medio que más se acerca a completar mi discurso.

artista - comisario exposición

Trabajas lo teórico y lo práctico, muchas veces solapándolos, ¿qué es más importante en el arte: la idea o la ejecución de esa idea?

No me atrevería a lanzar una idea categórica al respecto. Creo recordar que era Joseph Kosuth quien decía que no existe una única definición de arte y que cada obra de arte es una definición del arte. Siguiendo este planteamiento, opino que cada artista puede tener un posicionamiento loable respecto a la dicotomía que planteas, y como a mí me encanta unir contrarios (oxímoron), pondría la idea y la ejecución en porcentajes similares. Sin embargo, siendo más preciso, en mi caso personal predomina un poquito más la idea. En cuanto a la ejecución tomada como técnica que formaliza la imagen final, suelo quedarme en un estado mínimo: cuando los significantes (las formas) encuentran un significado que se parece a la idea inicial, pero no lo cierran. Me detengo cuando la imagen se convierte en el fino filo de un cuchillo que corta el pensamiento, o en el fino filo de un bisturí que disecciona lo establecido, o al menos en el filo de un cuchillo romo que pueda untar la mantequilla de una mueca cerebral. Por otro lado, me parece que existen ideas que ya son estéticas, y estéticas que conforman ideas. Y para enredar más el asunto en cuestión, percibo que en el marco epistemológico de internet en el que nos movemos, estas líneas polarizadas entre idea y ejecución se diluyen y comprimen, y el propio proceso de investigación y creación adquiere importancia en sí mismo.

Y, ¿cuánto tardas en desarrollar por completo una idea sobre la que quieres trabajar?

Desde que una idea fermenta en un proyecto suele pasar bastante tiempo. El proceso de investigación, incluso cuando dibujo, es muy superior al de la ejecución. Mis últimos proyectos, insertados en códigos de conferencias performativas, llevan meses de estudio que luego retuerzo en unos pocos minutos. Cada proyecto se va complejizando y adquiriendo nuevas extremidades. Por ejemplo, la pieza de Hipertrofia mamá me llevó cerca de un año de investigación, y ha pasado por los formatos de vídeo, vídeo-instalación gráfica y escultórica, vídeo-locución en directo, presentación de PowerPoint en directo… y en los próximos meses quiero reformatearlo y convertirlo en un ensayo que intentaré incluir en la tesis.

En tus obras utilizas gran cantidad de medios (fotografía, dibujo, instalación, vídeo…), ¿cuál es el proceso que sigues para elegir un medio u otro en cada trabajo?

Muchas veces el propio proyecto o la idea requiere unos materiales característicos y estos materiales se inscriben en unos medios determinados. De esta manera, si estoy investigando sobre los Satisfying videos (como es el caso del proyecto Las uñas de Deleuze), la representación objetual, así como su reflexión teórica, se formalizará en vídeos, imágenes y «esculturas» donde aparezcan ítems propios de los satisfying videos (slime o blandiblú, arena cinética, pastillas de jabón, espuma floral…). Desde hace unos años estoy más interesado en reflexionar sobre lo digital, y mi estudio se reduce a una mesa, ordenadores, auriculares, cámara y grabadora, así que me oriento más hacia la imagen digital o acciones que tengan que ver con el pensamiento tecnológico. Y, por último, no hay que olvidar que, desde un punto de vista materialista, la elección del medio muy a menudo se debe a factores económico-espacio-temporales: un estudio, un presupuesto y un calendario que cumplir y que determina la formalización del trabajo.

También has investigado en tu obra lo digital desde el uso y abuso que podemos hacer los usuarios. En una sociedad hiperconectada que vive, cada vez más, a través de lo digital, ¿crees que esto afecta también a los artistas? Por ejemplo, a la hora de mostrar vuestro trabajo, ¿si no tienes redes y las gestionas como un experto community manager, no existes?

Esto que estoy haciendo ahora mismo es un buen ejemplo de lo que plantea la pregunta. El trabajo de gestión, de «oficina» y de redes sociales cada vez aglutina un porcentaje mayor en el campo creativo. La distribución es casi tan importante como la producción. Lo ideal sería saber elegir los momentos y los espacios adecuados de visibilización dentro de una estrategia de posicionamiento (algo casi algorítmico), pero sin olvidar lo afectivo y la ética, por supuesto. Si te lo tomas como algo impuesto, puede llegar a ser agotador, pero si lo incorporas a tu metodología, creo que se puede llegar a disfrutar con la logística de comunicación.

¿Cómo de importante es la estética externa para ti en una obra de arte?

Me gustaría considerar una estética como una ideología, así que me parece muy importante. Si la obra, en mi caso, se sirve de una estética irónica, creepy, siniestra (unheimlich), conceptual o, por poner el ejemplo más claro, post-internet, esta forma exterior está aportando ya unas claves de lectura. En el último ejemplo, lo post-internet actuaría como estética y corriente de pensamiento en sí misma. Y no es necesario jerarquizar los niveles de lectura, es decir, que la estética sea el primer paso para acceder al discurso o al concepto, sino que la propia estética ya es discurso. Luego, claro, existen otros niveles de lectura más asociados al discurso o la investigación conceptual que pueden hacer percibir el proyecto de otra manera más polisémica.

artista - comisario antonio ferreira

Más que artista podemos decir que eres agente cultural, ya que eres además investigador y comisario. ¿Se retroalimentan estas tres disciplinas? ¿Qué aportan las unas a las otras a tu trabajo?

Sí, creo que se retroalimentan totalmente. Ya que actualmente me encuentro realizando la tesis doctoral, la faceta de investigador vertebra la de artista y comisario. He de decir que mi experiencia como comisario, aunque me ha aportado muchísima experiencia y buenos resultados, es menos amplia y no es la faceta en la que me siento más cómodo, ya que me genera unos niveles de estrés y responsabilidad muy altos, pero me parece un rol fundamental y muy admirable.

Cuéntanos un poco más sobre las obras que presentas en Saisho.

Me parece que la mezcla de formatos y de tiempos (2013-2018) ofrece un buen mapeo retrospectivo de mi pensamiento. Ya sea en ilustración, diseño digital o fotografía digital entendida como parte de la investigación artística, hay un ejercicio casi curatorial de los fetiches o símbolos que más me gusta usar: el párpado, la miopía, el hardware entendido como software, tactilidades histriónicas, piezas tangentes a conferencias performativas, la mirada edulcorada o el objeto industrial retorcido en sí mismo. Todas las piezas menos una han sido expuestas en distintos lugares o lo serán próximamente, y precisamente esa imagen que no ha sido mostrada en el espacio físico (Eye gum) es una de mis preferidas y me funciona muy bien como rareza o pieza exclusiva dentro de la selección.

¿En qué estás trabajando ahora? ¿Cuáles serán tus próximos proyectos?

Ahora, como te decía, estoy inmerso en la redacción de la tesis doctoral, lo que absorbe casi todo mi tiempo. Además, estoy pendiente de la publicación de dos artículos (ya publiqué uno en diciembre) y del capítulo de un libro que creo que saldrá este año. También estoy en fase de pre-producción de dos videosingles del proyecto musical T I C S que espero publicar en la primera mitad de 2019. Y por último, tengo todo este año para desarrollar el proyecto Las uñas de Deleuze, que resultó beneficiario de las Ayudas Injuve para la Creación Joven 2018 y del cual se puede encontrar una pieza en la plataforma de Saisho.


Las piezas de Antonio forman parte de las selección de obras de menos de 500 €. Si quieres seguir explorando obras de arte baratas te recomendamos que consultes la sección de Cuadros baratos.

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