El arte siempre se ha entendido como un elemento con multitud de funciones las cuales habitualmente suelen ser compatibles: decoración, imagen y glamour, inversión, coleccionismo…. Si quieres saber cómo comenzar una colección de arte, te recomendamos que leas Cómo empezar una INVERSIÓN EN ARTE CONTEMPORÁNEO creando una colección única. En este post nos centraremos en los principales motivos por los que es aconsejable invertir en arte; y no lo hacemos desde la perspectiva de hacerlo por un bien social (apoyar el mundo del arte y el despegue de ciertos artistas para que puedan dedicarse a tiempo completo a la creación artística) sino por un bien pura y exclusivamente económico.
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Desde el año 2000 la inversión en arte ha ido creciendo año tras año con unas tasas de crecimiento superiores al 4%, debido principalmente al apetito inversor de los países asiáticos siendo China a día de hoy el principal país inversor tanto cualita como cuantitativamente. Esto se produce principalmente porque China no sabe dónde invertir todas las divisas que recibe por las exportaciones y ha decidido realizar una política de diversificación de inversiones para correr menos riesgos y ser un referente mundial en el mercado del arte.
El mercado de Oriente Medio ha sido otro de los que más ha despegado sobre todo en la última década. Jeques árabes se han dedicado a la compra e inversión en cuadros, que bien muestran en sus palacios o en museos creados ad hoc para mostrar estas obras de arte. Estos inversores árabes suelen no arriesgar en sus inversiones. Invertir en arte para ellos es ganar reputación a nivel global y diferenciarse de otros jeques que también cuentan con recursos económicos de sobra. Sus apuestas van desde el arte clásico y del renacimiento, hasta artistas más contemporáneos pero de gran renombre como Banksy, Jeff Koons, Damien Hirst, Kusama…
El resto del mercado internacional de arte apenas ha sufrido cambios, manteniéndose los países anglosajones a la cabeza de la cifra de inversión, destacando Estados Unidos y Gran Bretaña como mercados principales de compra-venta de arte. En el caso de los países de habla hispana, España apenas representa un 1% del mercado global y ningún país Latinoamericano supera esta cifra.
Estos motivos de rentabilidad que han llevado a nuevos coleccionistas a realizar inversiones en arte son aplicables de la misma manera a instituciones y personas físicas, si bien es cierto que a estas últimas también se le pueden atribuir otra serie de ventajas que difícilmente se podrían aplicar a instituciones públicas.
Hemos decidido dividir las razones por las que invertir en arte en tres: motivos de inversión, motivos más humanos y sentimentales y motivos fiscales.
Tabla de contenidos
Motivos económicos de inversión en arte
Activo refugio
Las obras de arte son un activo refugio ya que son de los pocos bienes materiales que no pierden valor al cambiar de manos (a diferencia de inmuebles, vehículos…) y es de los pocos bienes que si se realiza una inversión diversificada y equilibrada aseguran una rentabilidad superior a la renta fija. De hecho tras la crisis, la rentabilidad media de las obras de arte ha sido superior a la deuda de los países emergentes y a la mayor parte de las materias primas clásicas. Es cierto que es el arte más clásico y de grandes maestros el que es un valor refugio, ya que el arte contemporáneo al ser más reciente está menos consolidado y es más susceptible de variaciones en los precios y la valoración.
Diversificar el riesgo
La inversión en arte es una opción más tanto para los fondos de inversión, instituciones y personas físicas. Y cuando hablamos de personas físicas, no sólo nos referimos a las grandes fortunas, nos referimos a gente común que ha decidido que no está dispuesta a correr el riesgo de invertir en bolsa u otras opciones volátiles ni tampoco está dispuesta a prestar dinero a los bancos a cambio de nada (que a día de hoy es lo que está sucediendo). El arte es un activo seguro, que difícilmente pierde valor y que con el paso del tiempo suele ganarlo e incluso se pueden conseguir rentabilidades muy importantes si finalmente la apuesta por nuevos artistas resulta acertada.
Por ello, recomendamos no sólo invertir en artistas consagrados cuyas rentabilidades suelen ser más seguras pero bajas (y los precios suelen ser prohibitivos), sino sobre todo hacer un mix e invertir sobre todo en artistas jóvenes revalorizables que te inspiren y cuya trayectoria pueda parecerte interesante (para ello, siempre es aconsejable asesorarse de expertos, objetivo que intentaremos conseguir en nuestra plataforma a través de este blog y través de nuestro equipo de expertos con más de 25 años de experiencia en el mercado del arte).
Inversión a largo plazo
La inversión en arte debe ser considerada siempre a medio y largo plazo, ya que la revalorización de un artista y de su obra suele ser llevada a cabo poco a poco a medida que el artista va siendo reconocido a nivel nacional e internacional a través de la exposición de sus obras en galerías, exposiciones y certámenes.
Es por ello, por lo que los especuladores no ven apenas atractivo en este mercado y por ello no sufren vaivenes los precios de los artistas, lo cual supone mucha tranquilidad a aquellos inversores que apuestan en el arte de forma tranquila y con visión largo placista. Además, se podría decir en este caso que invertir en cuadros también es una inversión a largo plazo en tu hogar, ya que lo más común es mostrar la obra adquirida en tu hogar para que no solo tu familia y tu disfrutéis del arte sino que tus amigos y visitas también lo puedan hacer.
Rentabilidad media
Como hemos observado en los gráficos de más arriba, la rentabilidad media del arte gira en torno al 4% anual. No olvidemos que a día de hoy con los tipos de interés prácticamente en negativo la rentabilidad que dan los diferentes productos financieros a plazo fijo de la banca y fondos de inversión es prácticamente nula, y que apenas unas pocas carteras con productos de mayor riesgo logran alcanzar esa rentabilidad. Por ello, invertir en obras de arte al menos un porcentaje de tu cartera es una decisión cuanto menos deseable, no solo para diversificar el riesgo sino para lograr una rentabilidad casi asegurada.
Motivos emocionales para invertir en arte
Disfrute personal
El arte a diferencia de la mayor parte de inversiones, es un bien valorado por sí mismo, es decir, su presencia concita emociones, debates, charlas y un sin fin de sensaciones que pueden ser diferentes según la persona que lo observe. La valoración de una obra depende no sólo de elementos fijos y conocidos (como el valor de un piso, una acción, un bono…) sino que depende también de las sensaciones que le transmitan al comprador. Un comprador puede valorar la obra de forma muy diferente a otros teniendo únicamente en cuenta lo que le inspira tanto la obra como el artista que lo ha realizado.
De hecho muchas veces el inversionista decide no revender la obra debido a que el placer que le da contemplar la obra o tenerla expuesta en su colección personal supera con creces el valor monetario de la pieza.
Pertenencia al mundo del arte
Numerosos multimillonarios a través de la compra e inversión en cuadros y otros elementos artísticos pretenden incorporarse a la alta clase social, entendiendo como ésta no solo a la clase que tiene grandes sumas de dinero, sino aquella clase que tiene costumbres y comportamientos de dicha clase social. Históricamente, la compra de arte, pertenecía a una clase adinerada, con una cultura y educación superior a la media. A día de hoy, gracias a instituciones públicas y privadas cualquier persona puede acudir a multitud de eventos y exposiciones culturales, pero antiguamente solo los pertenecientes a las «altas esferas» eran invitados a eventos de este tipo.
Gente como Brad Pitt, Leonardo Di Caprio o por ejemplo en España Sergio Ramos han comenzado a realizar inversiones en obras de arte no solo para diversificar sus inversiones sino también para ganar prestigio social.
Imagen y marca personal/institucional
El arte muchas veces es visto por gran parte de la sociedad como un elemento de distinción y estatus social. Muchas personas deciden tener obras de arte en casa para dejar ver su gusto por el arte y por la cultura. En ocasiones puede ser postureo puro y duro, pero en otras ocasiones sí que demuestra la sensibilidad artística de los propietarios o muestran simplemente su interés por potenciar a ciertos artistas (mecenazgo).
Este mecenazgo es una característica clara de numerosas instituciones tanto públicas como privadas que quieren potenciar no sólo el arte de su país, sino también quieren posicionar su marca empresarial como un referente en el mundo del mecenazgo y el cuidado de la cultura patria.
Es como el mismo Juan March decía un elemento clave de la comunicación empresarial.
Potenciar la marca nacional y el turismo
Para numerosas instituciones públicas (aunque también privadas) invertir en obras de arte supone una estrategia central en la política cultural y comunicativa del país. En el caso español, la marca España se ve potenciada claramente debido a la fortaleza de la imagen exterior que poseen instituciones y museos como El Prado, el reina Sofía, el Guggenheim, MNAC, MACBA… que aportan al turismo español de un gran activo que haces de la oferta turística más variada y que va dirigida de hecho a un público normalmente mayor con una capacidad adquisitiva más alta y educada.
Es por ello, por la que parte de los presupuestos de estas instituciones se centra en la invertir en arte y en la compra de obras tanto históricas como modernas que potencien las colecciones propias y hagan más atractivas las visitas.
Motivos fiscales que fomentan invertir en obras de arte
Sistema de dación en pago
Los motivos fiscales son otras de las grandes ventajas que posee la inversión en arte. Una de las primeras actuaciones que se hicieron en este sentido fue el sistema de dación en pago de una obra (imitada de la legislación estadounidense llevada a cabo en los 60). Este sistema permite pagar con obras de arte deudas pendientes con la Hacienda (o Seguridad Social) española sin pagar la plusvalía que haya generado dicha obra.
Sin embargo, su implementación o proceso de aprobación es bastante complicado, ya que se requiere que la obra esté catalogada por el Inventario Nacional o catalogado como bien de interés cultural (BIC) y luego se requiere que el valor que le otorga el propietario sea aprobado por un comité de expertos.
Es por ello, que no existen demasiados procedimientos a día de hoy que acaben en acuerdo.
IVA reducido
La compraventa de obras de arte, bien sean offline o online se realizan en territorio español aplicándose el IVA reducido del 10%. Es por ello, que invertir en arte sea preferible a adquirir otros activos fijos como vehículos o inmuebles nuevos.
Sin embargo, existe una excepción a esta regla y es que la obra sea propiedad de una galería. En este caso, el IVA aplicable sería del 21%. Por ello, como explicamos en las ventajas de comprar arte online, es preferible realizar estas compras vía internet ya que las plataformas online como SaishoArt no son galerías de arte, sino intermediarias entre artistas y compradores/inversores.
Deducciones impuesto de sucesiones y patrimonio
Existen bonificaciones y deducciones en numerosos impuestos tanto estatales como autonómicos como municipales que hacen que invertir en arte sean una opción a tener en cuenta a la hora de mantener el patrimonio propio sin que sea arrebatado por la Hacienda pública. De este tema como es amplio y contiene temática muy minuciosa y técnica crearemos un nuevo post donde os enseñaremos como conseguir estas ventajas fiscales y en que casos son aplicables.
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Y estas son las principales ventajas que vemos de invertir en arte pero seguro que existen muchas más, ¿Nos sugerís alguna nueva que podamos añadir? ¿Cuál creéis que es la más relevante?
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