More Painting, Please! On-site nace con la intención de acercarnos a una generación de artistas españoles, nacidos en la década de los 90, que pueden ser capaces de redefinir lo que hoy entendemos por pintura emergente. Se trata de una muestra en la que la pintura se concibe no sólo como un género o una técnica, sino como una tradición en la historia del arte, como una idea con capacidad de reformulación discursiva, procesual y técnica constante en sí misma. Aunque es cierto que a través de otras prácticas como la fotografía o el videoarte, la pintura se ha visto influenciada y en cierto modo regenerada, en esta muestra hemos apostado por reflexionar en torno exclusivamente a ella y sobre las nuevas rutas hacia las que creemos se mueve esta disciplina actualmente. Una pintura, en definitiva, que ha asumido con naturalidad que no necesita de mestizajes para reivindicarse. Entre los artistas que han sido seleccionados para presentar su trabajo en el Salón de la Bolsa del hotel Petit Palace Lealtad Plaza, entre el 13 y el 28 de septiembre 2019 se encuentran: Eladio Aguilera, Marcos Barrientos, Miguel Ángel Cardenal, Marina Iglesias, Inés Maestre y Jesu Moratiel.
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Naturalmente, para entender el presente de estos artistas es necesario bucear en el pasado reciente que, para bien o para mal, ejerce una influencia. Aunque la pintura como género artístico no había desaparecido, durante la década de los 70, la mayor parte de los artistas optaron por centrarse en explorar las posibilidades de otros soportes no tradicionales del arte y, en ese momento, más novedosos. Este desafío, teorizado ya desde los sesenta por Donald Judd o Susan Sontag y más tarde por teóricos como Douglas Crimp, provocó el repliegue de la pintura produciéndose una hibridación que se formulará como campo expandido. No obstante, en 1979, en plena transición política en España, se organiza una de las exposiciones más polémicas del momento, 1980. Diez jóvenes pintores, en la Galería Juana Mordó. Esta muestra marcó el ritmo de la década de los 80 en España y fue referencia para los seguidores de la pintura, significando su retorno. Pero tras el empacho de los 80, la pintura en los años 90 fue casi borrada, en parte, de los discursos de conjunto y, en casi todas las ocasiones, los artistas más innovadores quedaron al margen de las colectivas que revisaban la pintura. El espacio se consolidaba para romper la definición de pintura o escultura. En este tiempo se asiste, pues, a un apasionante proceso de redefinición por parte de uno de los más plurales, ricos, polisémicos y contemporáneos lenguajes artísticos. Por el contrario, en la primera década del siglo XXI se vuelve a reafirmar la posición de la pintura con muestras relevantes como la retrospectiva de Robert Rauschenberg en 1999 en el Guggenheim de Bilbao, la de Blinky Palermo en el MACBA en 2003 o la exposición Sky shout. La pintura después de la pintura comisariada por David Barro, dos años más tarde. En la segunda década de nuestro siglo continúa la investigación sobre las nuevas rutas hacia las que se mueve la pintura actualmente ejemplo de ello es la muestra ON PAINTING: [prácticas pictóricas actuales… más allá de la pintura o más acá] comisariada por Omar-Pascual en 2013, así como otro proyecto expositivo y editorial de David Barro 2014 / Antes de irse. Ideas sobre la pintura, que viene a reflexionar sobre el estado de la cuestión en nuestro país en estos últimos años.
Tabla de contenidos
[Juana Mordó en su galería]
La pintura que se refiere a la propia pintura en una línea más tradicional es evidente en algunos casos, como por ejemplo Marina Iglesias (Cádiz, 1991) quien desde la exploración matérica de la pintura, busca indagar en la razón que hace que ciertas imágenes capten su atención y que otras, sin embargo, pasen desapercibidas. La coexistencia de una aparente simplicidad de lo manufacturado que se repite, anulando la identidad en pro de una masa homogénea, en escenarios naturales únicos e irrepetibles, constituye el eje central del proyecto que presenta en esta muestra. En el trabajo puramente pictórico de Marcos Barrientos (Málaga, 1996) se aprecian espacios ambiguos, donde la representación dentro de la representación juega un papel fundamental. Lo que aparece como real se muestra falso, como un decorado, remitiéndonos así al carácter representacional de toda imagen pictórica. Barrientos conjuga los recursos retóricos y problemáticas de la pintura barroca, española y holandesa principalmente, con los discursos de la pintura contemporánea, centrándose en nuevos modos de comprender la materia pictórica y su potencial como medio de expresión.
[Marcos Barrientos, Policeman. 2017]
El trabajo de Eladio Aguilera (Los Corrales, Sevilla, 1995) es una suerte de diario personal donde cualquier descubrimiento cotidiano puede provocar un giro. Ecléctico a la hora de asumir referentes, su pintura intuye rapidez en las formas, rapidez en el trazo y cierto automatismo. La obra de Aguilera bebe de la estética del grafiti, con un enfoque satírico y humorístico plagado de marcas comerciales, en especial de bebidas alcohólicas, el ambiente nocturno, la cultura de la calle, la violencia o el uso de objetos, en muchas ocasiones robados tras episodios vandálicos.
La obra de Miguel Ángel Cardenal (Badajoz, 1989) nos sumerge en un mundo donde convergen figuras geométricas y elementos formales reconocibles del día a día con espacios casi virtuales, de colores saturados, muchas veces de tonos artificiales, y organizados de una manera que dan la impresión de un fallo de ordenador. En esta muestra Cardenal presenta una pieza que se sitúa en el límite de la conocida premisa de Rosalind Krauss cuando afirma que a medida que la frontera entre lo de dentro (pintura) y lo de fuera (el marco) empieza a desdibujarse y romperse, cabe la posibilidad de percibir hasta qué punto la «pintura como unidad» es una categoría artificial, construida sobre la base del deseo, muy similar a la «edición original», en pro de una investigación sobre la percepción y su relación entre paisajes, objetos y espacios.
[Miguel Ángel Cardenal, Hábito. 2019]
En un mundo dominado por la tecnología, las redes sociales, internet y el consumo masivo de la imagen, es pertinente plantearse si solo lo que es creado de manera analógica puede considerarse pintura o si, de lo contrario, aquello que pudiera crearse por medio de un algoritmo y la tecnología también pudiera serlo. Inés Maestre (Madrid, 1992) trabaja desde un proceso creativo muy particular en el que parte de imágenes personales o de archivo y que combina para crear nuevas imágenes que interviene a través de herramientas digitales como pinceles de Photoshop y con pintura al óleo. Proceso sin pautas establecidas y que Maestre sigue explorando. Por su lado, Jesu Moratiel (A Coruña, 1993) presenta @nicemask, un proyecto surgido de Instagram. Moratiel aborda a través de imágenes 3D, – cargadas de surrealismo, humor negro y la ironía del meme – nuevas problemáticas contemporáneas como pueden ser la transitoriedad e no permanencia del contenido frente al consumo masivo de imágenes, la adicción a las nuevas tecnologías, la pérdida de la intimidad o el exacerbado culto al cuerpo y del ego que desemboca en un vacío existencial muy humano.
[Jesu Moratiel, Degradation of a kiss, I. 2018]
En paralelo a la muestra hemos organizado varias acciones entre las que se encuentran dos mesas redondas: 25 de septiembre «La unión del arte con el interiorismo y la arquitectura : Ventajas y casos de éxito» y el 27 «Nuevas plataformas de promocionar el arte contemporáneas» y varias experiencias a través de los stories de nuestro instagram, de las que os mantenderemos informados a través de la propia cuenta.
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Alberto Suarez Sebastian
20 de septiembre de 2019 at 10:40Habria que hablar del arte de fuera de España
Las tendencias que se estan fraguando en America y Europa para tener una ide completa de a donde va la pintura
Muy interesante enseñar ñad tendencias al
Publico. Maxime porque en este pais ha habido muy pocas revistas de arte de vanguardia
Los museos les cuesta salir de los impresionistas y expresionistas