Pronto llega San Valentín, ese día odiado por muchos, para qué nos vamos a engañar. Lo asociamos al amor romántico rancio, a las cenas cutres, a los peluches de ositos y a las ofertas de regalos para ellas y para ellos, así bien diferenciados, en los grandes almacenes. Pero este día, en sus orígenes, era la conmemoración a las buenas obras realizada por san Valentín de Roma, que están relacionadas con el concepto universal del amor y la afectividad y no tenía nada que ver con un ideal impuesto del amor de pareja y del consumismo irracional. Y en Saisho nos gusta celebrar todo lo que tiene que ver con el amor, pero mirando mucho más allá: el amor a los hijos, a las amigas, el amor a uno mismo e incluso, porqué no, el desamor que, al fin y al cabo, es una etapa más del amor. Por eso hemos querido elegir obras de arte para San Valentín que simbolicen y muestren todos los tipos de amor que existen y que puedes regalar o regalarte, según lo que apetezca.
Tabla de contenidos
Dani Pujalte. The kiss nº1
Un beso que simboliza un viaje de infinitos caminos, con un punto de partida crítico y un destino incierto. Una obra que forma parte de un proyecto de exploración (realizado junto a la fotógrafa Rita Puig Serra) que habla de aquello que podría ser, y de aquello que será, aunque no lo sepamos todavía. De lo que nunca será, y también de lo que de repente ha sido, sin que lo esperáramos.
Rocío Madrid. Hermanas
Hermanas es un proyecto fotográfico influenciado por el arte figurativo que rinde tributo a la relación entre amigas. Como nos decía no hace mucho Rocío: «Hermanas y trata sobre la relación de amistad con las chicas que me rodean, porque es con las mujeres con las que me siento más protegida y desde que llegué a Madrid me encontré con una mujeres maravillosas y este proyecto trata de rendir tributo a eso. Hermanas se centra en los pequeños detalles, en la búsqueda de la fe pero partiendo desde lo cotidiano: yo voy a casa de mis amigas, les hago retratos y a través de ellos quiero darles un punto de vista divino, llevarlos a lo espiritual porque al final esas personas que te acogen y te miman en el día a día son una bendición.» Hermanas son muestras de un universo interior independiente a los intereses prácticos y materiales que venera el amor y el poder de la amistad entre mujeres.
Amelia García. Serie Queridos
Con el fotolibro Querido, Amelia García rinde tributo a la naturaleza del amor. A través de sus fotografías y la manipulación del archivo dejado por sus ex-parejas consigue generar un nuevo mensaje, con forma de pequeño libro. Querido es una oda al ciclo del amor, a la naturaleza, a la vida. Un ejercicio introspectivo y de contemplación que hace enormes y bellos los pequeños detalles de nuestro cotidiano. Sus piezas muestran un posicionamiento que tiende a la búsqueda de la belleza en todo aquello que les rodea, reaccionando ante un contexto donde la inmediatez impera de manera fastuosa. Para este proyecto ha contado con la colaboración de la diseñadora textil María Ramírez y a través de intervenir el textil, generan patrones que se repiten emulando el resurgir del amor, de las flores, de los sentimientos.
Cristina Flores. Célula VII
¿Dónde reside el amor? Siempre se ha pensado que el órgano que lo «contiene» es el corazón. Célula 7 es una obra realizada en dibujo con tinta y aplicaciones con hilo negro, muy próxima a la forma de un corazón, pero no exactamente. Es un organismo misterioso en estado de alerta, y necesidad por seguir creciendo. Se estira desde su posición y ante su presencia surge la pregunta ¿Dónde lo encontramos y en qué se convertirá? Célula 7 nos llama a mirarnos a nosotros mismos, a redescubrirnos desde lo pequeño que nos construye.
Ignacio Navas. Linde, XXIII
Amor adolescente o primer amor es lo primero que se nos viene a la mente cuando vemos esta imagen que pertenece al proyecto Linde. En palabras del propio Navas: «Este fue mi primer proyecto, hice estas fotografías entre 2010 y 2011. Yo era un estudiante de fotografía intrigado por la normalidad, por lo que estamos cansados de ver. Creo que es honesta, desnuda y sin decoro. Pero no banal, sino tremendamente importante. Es en esa cotidianidad donde podemos encontrar lo que compartimos, lo que nos conecta. Entonces fui a la periferia de Madrid, especialmente a barrios donde la identidad se había diluido, donde aflora con elocuencia la microhistoria que compone nuestro mundo. Las emociones con las que construimos nuestras vidas, la apatía y el gozo, la falta de conexión o la búsqueda de pertenencia. En eso se enfocan estas fotografías, que constituyen así, la base de mi trabajo».
Mar Ramón. Desmaquillarse
El amor más importante, el amor hacia nosotros mismos. Desmaquillarse consiste en una serie de grabados sobre pañuelos de papel que surgieron a partir del conocimiento de Mar del contouring, una técnica de make-up en el que aparece prácticamente todo el rostro cubierto por pintura. Los pañuelos que conforman el proyecto son un recuerdo del proceso de quitarnos una máscara para mostrarnos realmente, sin capas que delimiten la percepción de los demás hacia nosotros mismos. De aceptarnos, en definitiva, y de querernos por lo que somos y no por lo que pretendemos ser.
