¿Cómo es el proceso creativo cuando dos artistas trabajan juntos en un mismo proyecto? ¿Cuáles son las diferencias de la creación colectiva con respecto a la creación individual? Éstas son las preguntas que les hemos formulado a Dimasla, Pascual + Vincent y Leafhopper, tres colectivos de artistas que desarrollan su obra conjuntamente. Porque la creación a dos manos nos parece muy interesante por el reto que supone para los artistas que la trabajan, tanto desde un punto de vista formal como personal.
Dimasla
Nos conocimos hace muchos años y siempre hemos compartido un interés por el arte contemporáneo y la pintura artística. Desde nuestro colectivo, nos planteamos un debate creativo en torno a temas pictóricos, que materializamos para seguir profundizando en ellos. Siendo dos personas diferentes y entendiendo la diferencia que nos une, partimos de unos valores personales y comunes como son la igualdad, el respeto, la empatía y la confianza. De este modo, todo es hablado, debatido y decidido.
A grandes rasgos, funcionamos a través de la lógica común y el consenso, manteniendo cierto orden en las gestiones de los proyectos. De manera que las tareas las articulamos a partir de las condiciones específicas de nuestras propuestas. Y las distribuimos o asumimos a partir de las aptitudes y cualidades que podemos aportar cada uno de nosotros, en las diferentes áreas de trabajo. Como resultado, siempre damos con unas conclusiones que de manera individual, no llegaríamos a obtener. Éstas no es que sean mejores al ser en grupo, sino diferente a lo que imaginábamos.
Las piezas de la serie Pinturas indirectas, están incluidas en la selección de cuadros de estilo abstracto. Si quieres conocer las obras del resto de artistas, echa un vistazo a nuestra sección de cuadros abstractos.
Pascual + Vincent
Nuestro proceso de trabajo normalmente es organizado y dialogado, aunque haya excepciones. Tenemos muy claro cuál es la parte que mejor desarrolla cada uno de nosotros, y nos permitimos la libertad de intervención, pero decidiendo y evaluando todas las decisiones en común. Hablamos mucho entre nosotros, especialmente durante las fases de la investigación previa antes de abordar cada trabajo, y tratamos de ser flexibles cuando hay ideas discordantes, razonando las múltiples opciones que tenemos y su resolución.
Podríamos dar algunos ejemplos de fotógrafos conocidos y reputados -omitiremos los nombres- que tienen un equipo técnico a su disposición para preparar espectaculares escenografías, donde la autoría de la foto se atribuye al solo hecho de presionar el botón del obturador de la cámara. Pero no es nuestro caso, porque asumimos la autoría juntos, así como el mérito, los éxitos, las dudas y los errores, separando la búsqueda de un reconocimiento individual. Nuestro material de trabajo es compartido por ambos, y nunca decimos quién ha sido el autor del disparo de cada foto de nuestros proyectos, ya que hay mucho más trabajo detrás de este acto primario: conceptualización, documentación, investigación, procesado, edición… Y todas son tareas que compartimos y distribuimos para obtener un resultado final propio y único. ¿Tomaste tú esta foto o lo hice yo? Esa es la pregunta que nos hacemos a menudo cuando vemos el resultado de la película revelada. Hemos llegado a ese punto donde nuestras miradas están casi interpenetradas al 99%.
Leafhopper
Para nosotros empezar a trabajar juntos comenzó de una manera muy natural. Cuando nos conocimos, David había estado trabajando en Georgia y Armenia y Blanca en Ucrania. Nos dimos cuenta que los mundos que se nos mostraron habían sido muy diferentes: a David lo llevaban siempre con los hombres, a beber y fumar mientras que Blanca estaba siempre mayoritariamente con mujeres: la cocina, los trajes, las cosechas… Sin ser esto una razón muy de peso y, ya que nuestra formar de disparar era compatible a nivel formal, pensamos que está aproximación era complementaria. Sin embargo, como decíamos, empezamos a trabajar juntos por azar en Rusia. A David le habían dado una beca de la Generalitat para desarrollar un documental sobre el Krokodil (un sustituto casero de la heroína) en St. Petersburgo y Blanca le ayudó con la producción (contactos, vídeo y conceptualización final). Paralelamente hicimos fotos durante 10 días allí, intercambiando cámaras y fue una experiencia sin muchas pretensiones pero muy enriquecedora.
Lo siguiente que hicimos después de esta experiencia en Rusia, fue irnos juntos a Kuantan, Malasia, a estar tres meses trabajando juntos y conocernos. De broma siempre decimos que era como una Fake Honeymoon creativa. Allí abordamos diferentes temas muy sencillos, pero nos dimos cuenta que funcionábamos muy bien como equipo y que podíamos hablar todo el rato y tener siempre respuesta sobre lo que estás trabajando. Ambos somos reflexivos, pero nos gusta escuchar y dialogar, no tanto obsesionarnos y obcecarnos en que uno tiene la razón universal. Nos encanta compartir todo, y es bonito trabajar en un bien común, y liberarse del ego personal (aunque esto supuso un proceso, no vamos a negarlo). No tenemos una metodología establecida, es bastante anárquico todo, pero es muy enriquecedor cuando uno lee algo y piensa que está en armonía con lo que queremos transmitir y lo ponemos en común.
A nivel formal también es enriquecedor y muy colaborativo cuando nos empeñamos en hacer algo que surge de una idea espontánea (por ejemplo en nuestra última exposición en Photoespaña queríamos imprimir copias en chocolate y grabarlas derritiéndose como parte de la experiencia), entre dos, quizás, es más armonioso llevarlo a cabo. Al menos para nosotros. Por supuesto hay diferencias en la producción y elaboración, a mí personalmente (Blanca) me da mucha satisfacción compartir con David ideas y llegar a materializarlas. Creo que enriquece mucho los conceptos porque la mitad se podrían quedar como buenas (o malas ideas que probar) por el camino. Sin embargo, la mayoría de los procesos creativos, aunque lleven una autoría individual, son obra de más de una persona: obtuvieron inspiración de algo que leyeron, pidieron opinión, se asistió en la elaboración… Muchos trabajos son más colectivos de lo que parecen.