Armando Rabadán, uno de los artistas geométricos que forman parte de Saisho. En esta entrevista a Armando Rabadán conoceremos como ha ido desarrollando su carrera entre su Sevilla natal, Estambul -donde terminó la carrera de bellas artes y vivió 4 años- y Reino Unido -donde le fue concedida una residencia-.
Armando Rabadán usa técnicas clásicas como el spray y técnicas más avanzadas, como los ordenadores para alcanzar resultados que recuerdan a pinturas clásicas. Está desarrollando una carrera sólida en el circuito realizando numerosas exposiciones individuales y colectivas a nivel internacional. Su proceso artístico es muy interesante y te lo contamos todo en la entrevista.
Tabla de contenidos
Entrevista a Armando Rabadán
– ¿Qué acontecimientos en tu infancia te marcaron para que te hayas decantado a hacer arte? ¿Qué es para ti el arte?
Desde pequeño me ha encantado dibujar. Y mi abuelo paterno era pintor. Solía entrar en su estudio cuando era muy pequeño, para mí era como un mundo mágico con ese olor tan característico de la trementina. ¡Trataba de pintar sus cuadros y él me cogía a tiempo para no estropeárselos!
La faceta de mi abuelo, como os comentaba, era la pintura pero por la Guerra Civil no pudo formarse y fue al final de su vida cuando pudo retomar esta pasión. Mi abuelo es mi amuleto en este camino del arte, la raíz que me ha llevado por el mundo del arte.
El arte, para mí, es vocacional. No se llega a él de manera directa, y para lograr este tipo de encuentro debes integrar la búsqueda o la espera en tu vida.
– Cuéntanos cómo la vida se ha ido decantando para convertirte en artista. ¿Cómo es el día a día de un artista?
La sensación de querer hacer algo creativo siempre me ha acompañado en mi vida, pero desde un segundo plano. Aun así la vida insistió en que mi camino fuese el del arte. Traté de estudiar Arquitectura pero mis notas en matemáticas era insuficientes, y la hora de elegir carrera mis padres me apoyaron en volver a estudiar Bellas Artes. De modo que volví a ese camino casi por equivocación. Sin tener una intención directa, como si la vida me guiase a hacerlo. Terminando Bellas Artes, quería tener una experiencia de vida y para ello realicé un Erasmus, no para mejorar mi inglés, sino con la idea clara de recibir influencias de otras partes del mundo y así me decidí por ir a Estambul. Estuve 4 años en Estambul. Tuve mucha suerte porque pude trabajar con Galerías con el objetivo de ir encontrado mi propia voz en el arte. Estambul está construida sobre 7 montañas y por las noches puedes ver las otras montañas llenas de casitas que son de madera y que parecen que se pueden caer en cualquier momento. Estas imágenes me influenciaron para explorar la geometría.
Mi día a día consiste en ir al taller, con las ideas para modificar o empezar esa obra que ayer por la noche estuve terminando de preparar en Photoshop.
¿Quieres invertir en arte?
En Saisho te asesoramos
– ¿Cuánto tiempo tardas en hacer una obra? Cuéntanos el proceso…
Es difícil concretar esta idea. Lo que suele pasar es que algunas obras sobreviven y otras no. Las ideas vienen. Las obras se comienzan. Se construyen en la mente y luego en el lienzo. A medida que este proceso avanza surgen preguntas que no pueden ser resueltas en el momento, precisan de días para encontrar la solución competitiva. Como si se tratase de un puzzle. A veces en medio de este camino la obra no me parece lo suficientemente interesante y realizo un cambio drástico que me sirve para averiguar cosas distintas, quizás para otras obras futuras. Pero lo importante para mí es encontrar un alto grado de concentración. Entrar en el estudio con la sangre fría de saber que si espero lo suficiente la solución va a venir a mí.
– ¿Cuáles son los pasos que sigues para comenzar una obra? Investigación, recursos materiales, bocetos…
Tengo una amplia biblioteca digital de imágenes que almaceno en todo momento. En mi ordenador y en mi móvil. A través de Instagram o de perfiles de mis amigos en Facebook o Google. Esas imágenes son en ocasiones impresas para realizar con ellas pequeñas esculturas, que son como puzzles dónde distorsiono la imagen. En ocasiones este trabajo ocurre en Photoshop.
En cualquier caso todo ese trabajo debe pasar la prueba de fuego del proyector. Cuando la imagen es proyectada sobre el lienzo, estudio re-encuadres e interpreto el tono. Todo el proceso me proporciona más y más meta-imágenes, a veces de la misma obra en proceso, la cual fotografío y proyecto de nuevo sobre la propia obra con alguna modificación digital. En cualquier caso, todo esto es un ejercito pictórico, no una regla.
– Tu obra está influida por el purismo y por el origami japonés. ¿Puedes explicarnos qué es y por qué esto influye en tu proceso creativo?
Siempre he tendido a buscar un orden geométrico en la pintura, como el pulse en el freejazz, donde no hay melodía, solo los instrumentos interpretando el ritmo. Manejar una estructura geométrica, me permite ordenar para interpretar el color. Principalmente me veo influenciado por la imagen, y por la capacidad que tiene de ser modificada, independientemente de la época a la que pertenezca. En referencia al purismo, sí que me interesan especialmente las imágenes que pertenecen al clasicismo, el arte del tapiz o la cerámica.
– ¿Qué investigas con tu obra y por qué? ¿Por qué has elegido abordar el tema principal de tu obra? ¿Qué quieres explorar con él?
La primera pregunta se va respondiendo por descarte. Ha medida que he ido avanzando y aprendiendo he tenido que dedicar tiempo a desarrollar series que me han facilitado códigos. Interpretar y cómo, usando imágenes es la clave porque vivimos en la era de las imágenes, hasta tal punto que nosotros mismos somos imágenes. La versatilidad de la imagen para ofrecerme una referencia sobre la que puedo interpretar es lo que me interesa. Lo más importante en la pintura es cómo se aplica esta sobre el soporte. No importa la representación, aunque sí la referencia a esta porque es el detonador que nos estimula.
Para mí la pintura es investigación. Y eso significa preguntas y no respuestas. Un tema en pintura para mí es válido en tanto me proporcione excitación mental. La ilusión de no saber qué va a pasar. La temática actual me proporciona esa sensación porque puedo usar las texturas para interactuar con los demás, y por mi parte puedo usarla para introducirla en juegos competitivos donde el azar y los errores me ayudan a construir ilusiones espaciales. Lleva unos 5 – 6 años que ha encontrado su voz actual, su estilo.
– Los materiales a los que siempre recurres son aerosol, acrílico y aceite. ¿Por qué? ¿No has trabajado con otros materiales?
Me gusta mucho el esmalte, es interesante como se fusiona con el óleo. El spray ofrece colores frescos y seca rápido. El acrílico apenas lo uso ya. Pero para mí la pintura es el óleo. Es la firma de la pintura. Cualquier objeto pictórico donde es visible el trabajo con el óleo adquiere un valor adicional.
– Tus obras parecen ser tridimensionales aunque, en realidad, son completamente planas, ¿cómo consigues este efecto?
Al igual que ocurría con el origami japonés, este tipo de obras a las que hace referencia la pregunta han sido fagocitadas por mi trabajo actual. La tridimensionalidad de aquellas obras era llamativa, y es coherente con mi manera de pensar porque de ellas me interesaba precisamente el proceso de hacerlas, lo cual ocurría en el estudio, mediante el moldeado de la tela y su posterior policromado en relieve lo que me proporciona esos efectos, que ahora considero algo a lo que puedo acudir en ocasiones para solucionar piezas puntuales. En cualquier caso extrañaba mucho la impronta de la pintura, que para mí es el rastro que deja sobre todo el óleo, donde me encuentro ahora más cómodo.
– ¿Por qué una persona «debe» comprar una obra tuya?
No soy quién para decir lo que los demás deben hacer o no. Lo que si sé es que estoy dedicando mi vida a la pintura. A dar lo mejor de mí en este campo. Y la pintura requiere de mucha paciencia como he explicado anteriormente. Por eso también soy de pensar que el valor de las cosas se ve con el tiempo.
– Cuéntanos algo que quieras que la persona que compra tu obra sepa
Una persona que compra una obra debe hacerlo porque de alguna manera inexplicable conecte con su ser. Porque eso es exactamente lo que es una obra de arte. Un objeto que guarda dentro de si todas las conexiones que un pintor ha encontrado para conectarse con el mismo, con los demás, y en definitiva es la manera en la que entiende el mundo y la vida. Su manera personal de poder encajarlo y aceptarlo.
– ¿Qué visión tienes para un futuro con respecto a tu obra?
¿Qué premio, beca, expo, etc., has conseguido consideras que ha sido el hito más importante en tu carrera artística?
La obra actual me hace sentir como alguien que ha llegado a casa. No me he sentido así con la pintura desde hace años. Y ha sido un descubrimiento lento porque he dedicado mucho tiempo a dejarme deleitar por cada cosa que pensaba necesitaba su tiempo y su proceso. Y tal vez por propia personalidad, por suerte o como defecto, siempre me ha gustado reutilizar. Y hay muchas pinturas que han surgido del sustrato de otras que no funcionaban. Y eso me ha permitido aprender que una de las cosas más importantes es preguntarme cómo se fusionan las imágenes, que al igual que los lugares en las ciudades se adaptan en el tiempo conservando lo antiguo y lo nuevo. Y a la vez me ha permitido aprender que es importante el cuerpo en una pintura. Que la tela posea su historia, su sustrato, que permita ver una labor del paso del tiempo. Donde no todo son aciertos y belleza como en las pinturas tridimensionales. Ahora también hay cabida para la belleza de los errores, la torpeza y la sinceridad.
Uno de los eventos que más satisfacción me ha provocado ha sido llevar mi obra a Hong Kong en una estupenda exposición individual. Esto surgió vía Facebook ya que a una galería le interesó su serie micro cosmos.Otro de los hitos más importantes han sido mis colaboraciones con el Instituto Cervantes en Estambul y las residencias de artistas que he organizado con la Fundación Tres Culturas.
– ¿Qué inquietud artística tienes ahora mismo?
Seguir trabajando esas texturas dentro de una composición. Es decir que coge una obra y la reinterpreta a su manera dando el resultado una cosa completamente distinta.
– ¿Por qué crees que la pintura es importante en un mundo que cada vez es más digital?
¿Quién hace pintura? La pintura tiene que hacerla alguien. Es algo intuitivo y natural del ser humano. Es algo que esta ahí desde el principio. No se va a acabar, no tiene principio ni fin. Pintar es una forma de encajar la realidad, hay gente que escribe, sale a correr, cocinar, yo a través de la pintura le doy una comprensión a la realidad, es una comprensión del mundo, de nosotros, una abstracción de la realidad que es importante.
Y con esto terminamos la entrevista a Armando Rabadán. Muchas gracias por el tiempo que nos has dedicado y esperamos tengas muchos éxitos. Si queréis preguntarle algo podéis dejar vuestras inquietudes o preguntas en los comentarios.
¿Quieres coleccionar arte pero no sabes por dónde empezar?
En Saisho te ayudamos