Si echamos la vista atrás en la historia del mecenazgo, vemos diferentes objetivos a la hora de coleccionar e invertir en arte. Desde poder y prestigio para las cortes reales, recreación y placer para la aristocracia o refinamiento cultural para los grandes industriales. Sin embargo, tras la globalización y la universalización del mundo del arte, han surgido los coleccionistas millenials que han cambiado el paradigma del coleccionismo clásico.
Actualmente, la nueva generación de coleccionistas ya mira en las implicaciones financieras que acarrea comprar una obra de arte. Según un estudio de Hiscox, la generación Y (comúnmente llamada millenials) compra arte desde hace 3-5 años (33%), gasta menos de 1000 dólares al año (40%) -aunque el 33% invierte en obras entre 5.000 y 10.000 dólares-, y piensan comprar más obras el próximo año (63%).
Los resultados revelaron una división generacional interesante entre los coleccionistas más tradicionales -todavía impulsados por el conocimiento y el placer estético-, y la nueva generación de coleccionistas, cada vez más interesados en cómo el arte se comporta como un activo de capital. ¿Cómo son los millenials que coleccionan arte?
Tabla de contenidos
Utilizan Instagram para descubrir nuevos artistas
Los jóvenes coleccionistas utilizan Instagram para descubrir nuevos artistas y obras en los que invertir. Un 79% reconoce usar esta red social para buscar y descubrir talentos emergentes. Además, el 82% se mantiene al día de sus artistas preferidos en Instagram. La utilizan para conocer más al artista, ver su trabajo diario o conectar con otros agentes del mercado de arte, como galerías, inversores, ferias o marchantes.
También es gracias a que el 91% de las galerías de arte reconoce que usa activamente las redes sociales. Así, los coleccionistas jóvenes lo tienen más fácil para ojear nuevas inversiones.
Tienen menos capital que los más mayores
Es cierto que muchos jóvenes coleccionistas pueden heredar el capital de su familia pero, por lo general, los millenials tienen unos fondos inferiores con respecto a los coleccionistas de mayor edad. ¿Solución? Adquirir obras de arte de menor coste pero de artistas emergentes. El ranking Saisho clasifica a los artistas según su rentabilidad en tiempo real, es una solución para intuir qué artistas son más rentables para un inversor.
Compran arte para revender
Hay una nueva clase de coleccionistas que compran arte para revenderlo y que crezcan sus fondos. Los compradores más antiguos también revenden pero más para comprar otras obras y ver crecer su colección de arte.
La nueva generación ve en el mundo del arte una forma para lanzar sus ahorros, sobre todo, apostando por artistas emergentes que se revaloricen rápidamente.
Compran tanto online como offline
El mercado de arte online subió un 12% en 2017, lo que demuestra que, cada vez más, las nuevas tecnologías se están implementando en el arte. Y en los millenials es lógico suponer que prefieran esa forma de comprar obras. Pues no está tan claro. A los jóvenes coleccionistas también les gusta ver sus inversiones en persona, y por eso acude a exposiciones aunque hayan mantenido un contacto previo online.
Los coleccionistas millenials toman riesgos con facilidad
Mientras los inversores en arte más mayores prefieren piezas más tradicionales con menos riesgo, los jóvenes tienen otra actitud. Los millenial están más al día de las nuevas tendencias y prefieren arriesgar en lo que creen que les dará más rentabilidad en el futuro.
Son muy activos en el networking
Mientras los mayores prefieren leer medios especializados, asesorarse con un art advisor o mantener contacto con 2-3 galerías de confianza, los coleccionistas millenials pasan a la acción. Los jóvenes prefieren descubrir obras de arte por sí mismos antes de que lleguen a las galerías. Investigan en redes sociales, van a inauguraciones de exposiciones, se reúnen con otros interesados en arte, en definitiva, aman el networking artístico. Son más abiertos a nuevas sensaciones y quieren apostar su capital en obras que le enamoren.
Se involucran en el entorno artístico
Los jóvenes no solo quieren comprar arte para decorar e invertir, quieren involucrarse más. Les encanta estar en eventos especiales, acceder a días VIP en ferias para ver el arte antes que el resto, o visitar el estudio de los artistas. Quieren saber lo que compran y el contexto de la obra.
Los coleccionistas millenials se mueven por emociones
Las motivaciones para los millenials son principalmente emocionales (95%) pero también tiene un ojo en la rentabilidad y el valor del retorno de la inversión (62%). Casi la mitad compra arte para definir quiénes son y como símbolo de su personalidad (49%); mientras el 39% adquiere piezas como aspecto social, para formar parte del círculo de personas con intereses en común.
Un ojo en la inversión:
Tal vez porque crecieron durante una de las expansiones más grandes del mercado del arte, los coleccionistas más jóvenes tienen una mentalidad mucho más financiera y ven el coleccionismo de arte como una forma de acumular riqueza.
Podrían comprar inmuebles, coches, artículos de lujo… pero los nuevos coleccionistas saben que el arte les da rentabilidad mientras pueden disfrutarlo cada día en su salón, cocina o en la oficina. Esto no lo pueden hacer con otro tipo de activos financieros, más inmateriales.
Para ello, Saisho tiene un ranking donde sus artistas están clasificados según su rentabilidad. Así los inversores lo tienen más fácil para saber en qué artista invertir y ganar.
Expectativas más altas:
Es menos probable que los coleccionistas más jóvenes vean el arte como una inversión arriesgada. Ellos esperan una apreciación sostenible del precio en el futuro, probablemente porque no han experimentado grandes crisis como el retroceso de principios de la década de los 90.
Los jóvenes se mueven más por sus pasiones y si quieren coleccionar arte lo harán sin pensar. Saben que es un ac
tivo que puede dar mucho retorno de la inversión y se dejan llevar por su intuición.
Para ello, los inversores pueden entrar en la página de obras de Saisho y dejarse guiar por sus pasiones e invertir en las obras que más les gusten.
Mentalidad comercial:
Debido a la rápida expansión del mercado secundario, la ubicuidad de los asesores de arte y el acceso a canales de venta online de menor coste, los millennials se sienten mucho más cómodos vendiendo su arte a medida que construyen sus colecciones.
La desventaja es que a medida que las transacciones aumentan, también aumentan los impuestos y los costes de transacción. Por eso, es importante que los asesores fiscales y financieros les ayuden a mitigar el impacto de los impuestos estatales.
El arte como garantía de préstamo:
Los nuevos coleccionistas están más dispuestos a utilizar su colección de arte como garantía de préstamo para aprovechar las oportunidades estratégicas de inversión. Aunque el producto de los préstamos de arte se puede utilizar para adquirir más arte; a menudo los ingresos se utilizan para lograr otros objetivos personales o financieros.
Más comprometido socialmente:
Los coleccionistas millenials y de la Generación X están muy comprometidos socialmente con la nueva economía globalizada del mundo del arte. Los más jóvenes del coleccionismo de arte ven esto como un medio importante para la promoción social y política en un escenario internacional. Y los jóvenes saben que el mundo no se acota a su zona de nacimiento sino que, hoy en día, vivimos en un mundo globalizado donde no hay fronteras para los negocios y el coleccionismo de arte.
Una mentalidad filantrópica:
Los coleccionistas de arte más jóvenes son más propensos a regalar su arte a entidades sin ánimo de lucro. Por contra, los coleccionistas más tradicionales son mucho más propensos a regalar su colección de arte a la familia.
El arte se encuentra entre los activos más emocionales que posee un coleccionista. Los coleccionistas, al menos tradicionalmente, tienen más predilección por su arte que por sus acciones, bonos, bienes e, incluso, una empresa familiar. En resumen, el arte no ha sido visto históricamente como un activo financiero.
Esta mentalidad está cambiando para los coleccionistas más jóvenes y nuevos. Ellos consideran que coleccionar arte tiene unos aspectos financieros y de inversión mayores que en el pasado. Y aunque el mantenimiento de registros siempre ha sido importante, cobra mayor importancia cuando el coleccionista ve su arte más como una inversión que simplemente por su valor estético.
¿Te identificas con estos puntos? ¿Crees que los jóvenes coleccionistas están cambiando la forma de comprar arte?
Iria
5 de agosto de 2019 at 09:06Hola!
Este artículo me resulta de gran interés. Me gustaría saber, si fuera posible, la fecha de publicación.
Saludos
Chema Guillén
5 de agosto de 2019 at 11:02Hola Iria! Gracias por el interés.
Este post fue publicado el 25 Julio de 2018
Un saludo
paula
17 de abril de 2020 at 16:30Gran ayuda para mi TFG.
Muchas gracias!