Si te preguntas qué es el minimalismo y cuál es su significado, cuáles son los mejores artistas de este movimiento, dónde y cuándo surgió esta corriente artística o qué características tiene el arte minimal, ¡¡¡este artículo es para ti!!!
Tabla de contenidos
Arte minimalista: concepto
Etimológicamente hablando, el término minimalismo viene de la palabra inglesa “minimal”, que en español se traduce como mínimo.
El minimalismo, en su ámbito más genérico, es la tendencia a reducir a lo esencial, es decir, quitar los elementos que sobran. La expresión que resume la filosofía minimalista es la que dijo el arquitecto moderno Mies Van der Rohe “menos es más”.
Cabe decir, que el minimalismo queda más evidente si uno deja en claro que el minimalismo en realidad significa minimismo.
Por tanto, el término minimalismo significa algo simple o que carece de mucha variación en la textura, en el color, en la imagen, etc.
Origen del arte minimalista
El minimalismo surge en Estados Unidos, concretamente en Nueva York, a principios de la década de los 60 ‘s perpetúa la tradición de la geométrica estadounidense y reacciona contra el dominio abusivo del realismo y del pop art en los museos y coleccionistas. Esta tendencia trajo consigo la etapa final del reduccionismo propuesto en su tiempo por Kazimir Malevich, por los constructivistas rusos y el movimiento artístico De Stijl.
Esto se produjo porque los artistas neoyorkinos renunciaban conscientemente al arte que les rodeaba porque pensaban que que había convertido en un arte obsoleto y puramente académico. Esto provocó una ola de nuevos estilos e influencias redescubiertos que llevó a los jóvenes artistas a cuestionar las fronteras tradicionales entre varios medios. Este nuevo arte prefiere la frialdad sobre lo dramático, sus piezas de arte, sobre todo sus esculturas, fueron creadas a partir de materiales industriales y dieron énfasis al anonimato sobre el exceso expresivo del expresionismo abstracto
Hay que destacar que el término minimalismo fue empleado, por primera vez en el arte, en el año 1965 por el filósofo inglés Richard Wollheim en un artículo de Art Magazine. Este hecho revolucionó la década de los 60 ‘s, sobre todo en la escultura contemporánea.
Los artistas de este movimiento (escultores y pintores) evitaban a toda costa caer en el simbolismo manifiesto y en el contenido emocional, sin embargo, llamaron la atención sobre el significado material de las obras.
Esto ocasionó cambios en el espacio de exposición, con predominio de las paredes blancas desnudas y grandes salas donde prevalecían los objetos minimalistas de gran tamaño, los cuales estaban hechos para un tipo de espacio específico (esquina, pared, entre otros), determinando la experiencia visual del espacio.
Los primeros artistas que pusieron en práctica estas ideas fueron Robert Mangold, Robert Riemann y Brice Marden, así como a artistas jóvenes que dejaron la pintura como Karl Andre, Dan Flavin, Robert Morris, Sol Lewitt y Donald Judd.
A finales de la década de los 70 ‘s, este movimiento artístico había triunfado en América y Europa, gracias a una combinación de fuerzas que incluían a curadores de museos, comerciantes de arte, publicaciones y nuevos sistemas de patrocinio, tanto privado como gubernamental.
Pronto surgió un nuevo movimiento, el postminimalismo, donde los miembros de este movimiento ya estaban desafiando su autoridad, demostrando la importancia que tenía el minimalismo.
Espacio y minimalismo
El minimalismo transformó la forma de pensar, en los sesenta, de la relación entre la pieza de arte y el espacio, esta propuesta fue anteriormente dada por la escultura vanguardista clásica.
En el arte minimalista las obras de arte estaban realizadas para un espacio determinado (ya sea esquina, pared, etc) o para participar en la percepción del espacio en el que estaban expuestos, además, puede determinar su habilidad en la experiencia visual del espacio. El vínculo entre espacio y obra es propiciado por el tamaño o la colocación de la pieza de arte, la cual contribuye a crear un tipo de experiencia en el espectador, el cual ha sido uno de los principales temas en las cuestiones teóricas sobre el arte minimal.
En muchas ocasiones, el espacio de la exposición llama la atención por dos motivos: sobre sí mismo por su implacable neutralidad o por el contraste que establece con las propias obras de arte. En otras veces, este espacio es parte de la obra de arte y te envuelve en la conciencia perceptiva de esta. Por tanto, podemos decir que toda pieza de arte modifica, en mayor o menor medida, la percepción del espacio que le rodea, pero la diferencia que hay que destacar de las piezas minimalistas es que estas lo hacen intencionadamente como parte de su contenido. Por esto, podemos afirmar que el espacio es en el minimalismo el lugar en el que se produce ese encuentro entre objeto, sujeto y la experiencia de la obra.
Formas que posee el arte minimalista
En la corriente minimalista priman los poliedros regulares, aislados o en serie, de apariencia pobre o industrial, con colores brillantes o apagados y los materiales son opacos o transparentes, incluso se construyen con neones, contrachapado, ladrillos, estos materiales son objetos geométricos simples elaborados con toda clase de materiales que carecen de la llamada “verdad del material” y de la neutralidad de los medios artísticos sujetos a los procesos creativos y de elaboración del artista.
Estas obras no cuentan con una forma significativa que los separe del resto de objetos del mundo, pero su simplicidad formal hace que el espacio circundante de la obra y la forma artística lleguen a coincidir. Por tanto, se puede afirmar que la única propiedad perteneciente a los objetos minimal es su misma objetualidad, es decir, la experiencia de una obra de arte es la de un objeto físico, como su tamaño y su forma y orientación en el espacio. Este objetualismo minimal se pone de manifiesto como afirmación de la escultura, de los materiales, propiedades y los procedimientos que le son propios y como anti-pictorialismo o anti-ilusionismo, como desestabilización de convenciones pictóricas.
Lo que tienen en común la escultura vanguardista y la minimalista es su reivindicación de las condiciones idóneas de la escultura, es decir, en la búsqueda de convenciones propiamente ligadas a la materialidad y tridimensionalidad del objeto, pero se diferencian en el protagonismo mayor e indirecto, que otorgan, las obras minimalistas, al espectador. Este protagonismo está presente en la incidencia de la unidad e integridad de la experiencia adquirida en las obras seriales y en la mayor conciencia de quienes perciben su rol de perceptores: deben tener una actitud diferente.
La colocación de los objetos minimal es vital para su contenido, lo que en parte conduce a una cierta pérdida de autonomía de la obra de arte.
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¿Qué caracteriza a la corriente artística minimalista?
El arte minimalista tiene varios factores característicos:
- La variedad de formas y patrones geométricos.
- Pocas variaciones en el color y la forma,se utilizan de forma repetitiva.
- Tan pocas formas como sea posible.
- Utilizar materiales industriales o que no sean típicos.
- Los bordes precisos y flagrantes.
- La utilización del monocromatismo (negro, blanco, gris) como rasgo común.
- La carencia del significado obvio y de emoción.
- El minimalismo está más asociado a la escultura.
- Sus piezas artísticas, ya sean grandes o pequeñas, son “literales” y están abiertas a la interpretación del espectador y lo que realmente expresa es el aspecto físico de la pieza.
Sin embargo, el minimalismo no implica la falta de calidad artística en la obra, sino todo lo contrario y es quizá “arte, por el arte”.
Minimalismo en la actualidad
En la actualidad, el minimalismo se ha convertido en un lema para cualquier tipo de cambio del estilo de vida donde se produce una reducción del desorden. Esto ha generado un movimiento creciente que tiene como objetivo reducir el desorden y la “actividad” fuera del arte, y el arte aerodinámico, audaz y monocromático encaja a la perfección en este enfoque moderno.
La arquitectura y el diseño de interiores minimalista complementan el arte del minimalismo, y sin fuertes opiniones y emociones que dicten la actitud del espacio, las familias y las empresas pueden convivir en armonía, encontrando otras formas de expresar sus cambiantes estados anímicos y su individualidad.
6 mejores artistas minimalistas emergentes
A continuación te contamos todo sobre los artistas que están causando revuelo en el panorama artístico:
Emilio Pemjean (Santiago de Chile, 1971)
Desarrolla su trabajo desde un contexto multidisciplinar que conecta la arquitectura, la pintura, el vídeo o la fotografía. Este artista reflexiona sobre el tiempo, el presente, la ausencia y la memoria. En este caso, utiliza la fotografía como herramienta, la cual abandona su función tradicional de documental, capturar la «verdad», e introduce la duda sobre lo que vemos y aceptamos «ingenuamente» como verdadero o real.
Daniel Domingo Schweitzer (Alemania, 1988)
Su obra investiga sobre la problemática del espacio, su definición, la existencia y su conexión con el cuerpo, donde la geometría fractal se convierte en un recurso para construir esculturas e instalaciones que le permiten moldear el espacio y da lugar a propuestas, las cuales algunas son interactivas o como dispositivo, donde el vacío comparte el protagonismo con la materia. Es miembro de la Colmena (Madrid 2015), plataforma de cultura con la que ha realizado diferentes exposiciones. Su obra se puede encontrar en colecciones como la Fundación ABC o la Fundación Antonio Gala en Córdoba. También ha participado en ferias referentes como Hybrid (Madrid) y su trabajo ha sido expuesto en el Espacio de Arte Contemporáneo (EAC) de Alicante.
Estela Miguel Bautista (Cuenca, 1992)
La artista concibe su trabajo desde un marco multidisciplinar a través del dibujo, la escultura y la instalación. Su obra investiga sobre lo doméstico y lo corporal, en sus piezas se puede observar que utiliza técnicas tradicionales como el textil y la cerámica. Sus piezas han podido contemplar bienales y ferias internacionales. También ha participado en el centro cultural Montehermoso en Vitoria, en la Sala Rekalde en Bilbao, en muestras colectivas en Madrid con This is Jackalope (revista comisariada por Cristina Anglada), entre otras.
Mónica Escutia (Mazatlán, 1969)
Artista centrada, principalmente, en la escultura y la pintura. Sus obras, con aspecto minimalista, intentan reflexionar sobre cómo cohabitamos en un sistema capitalista y de poder. Sus piezas son creadas a partir de procesos cercanos a la producción en serie, este proceso es habitual en el arte minimalista de los años sesenta, debido a los materiales y las técnicas que emplea. No obstante, sus líneas orgánicas se inspiran en las formas de los estados Zen y consiguen comparar ambos estilos de vida. Ha estado presente en exposiciones internacionales, tanto en galerías como en museos, como el Museo de Monterrey de México. Su obra está presente en colecciones como La Colección Jumex, una de las principales colecciones de arte contemporáneo del mundo, y en la Colección MUAC-UNAM. Además ha participado en ferias internacionales como Zona MACO y Art Basel Miami.
Marco Moreira (Portugal, 1978)
Su obra explora las diferentes dimensiones de la práctica del dibujo, como la acción de dibujar o los instrumentos que implica. En su trabajo encontramos algunas piezas bidimensionales, resultado de lo que el artista define como ‘’síntesis mécanica’’: una acción repetitiva que potencia el efecto de la herramienta utilizadas. Estos trabajos crean una experiencia visual inmersiva para el espectador, a través de su obvia simplicidad. Ha realizado diversas exposiciones en España y Portugal, como el Centro de Arte Contemporáneo (CAC) de Málaga o el Museo de Arte Contemporáneo Gas Natural Fenosa (MAC) de La Coruña. También ha sido premiado en el ‘’Concurso de Nuevos Artistas 2018’’ durante la Bienal de Cerveira en Portugal. Su obra forma parte de la fundación Benetton en Italia, entre otras colecciones.
Edgar Solorzano (Ciudad de México, 1989)
Es un artista que reside y trabaja en la Ciudad de México. En su obra explora las conexiones afectivas con el espacio y los objetos por medio de la memoria contenida en ellos. A través de su formación como arquitecto, pero practicando como artista, se preocupa por la forma en que pensamos sobre nuestra relación con el espacio y la materia a través de la memoria. Como importantes hitos destacan su reciente participación en Zona MACO y otras ferias relevantes del circuito mexicano como Maroma, Fain… También, ha expuesto en galerías a nivel internacional en Estados Unidos y Alemania.
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