Los bienes de lujo son extremadamente versátiles. Tomando como ejemplo arte y relojes de lujo, su valor va más allá de ser un objeto tangible. Aparte de su precio, estos objetos representan una declaración de estilo y distinción, con un valor que puede aumentar con el tiempo. Ambos son objetos únicos que presentan distintas ventajas a la hora de su compra como inversión.
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La inversión en Bienes de Lujo como valor refugio
En tiempos de incertidumbre económica, los bienes de lujo suelen considerarse valores refugio. A diferencia de otros productos, el valor de estos bienes no se relaciona de manera directa con las fluctuaciones económicas o las tendencias de consumo. Es, en parte, gracias a su demanda estable en el mercado, lo que los convierte en uno de los activos más seguros en períodos de crisis.
Esta seguridad viene de periodos como los inflacionarios: en un entorno de continua devaluación de los productos esenciales, estos activos físicos mantienen su valor. Esta demanda estable permite no tener que depender de mercados externos, sino del grupo selecto de coleccionistas y consumidores habituales de estos objetos. A esto hemos de añadir el beneficio adicional de que, tanto relojes como obras de arte, ganan valor con el paso del tiempo, ya sea debido a la originalidad de su creación o (apreciable en el caso del arte) por su unicidad.
Además, otro de los beneficios del arte y los relojes de lujo, es que son objetos tangibles que se pueden disfrutar y exhibir desde el primer momento. Poseerlos no solo representa una inversión financiera, sino también un placer estético y un símbolo de estatus. Al ser objetos únicos y exclusivos, son una representación del buen gusto, la sofisticación y el estilo de quien los compra.
Apreciación de Valor: cómo aumentan su Valor
Al ser objetos exclusivos, cuentan con una serie de peculiaridades frente al resto de activos comunes que les hace revalorizarse en el tiempo de manera casi segura:
Rareza y Exclusividad
La escasez y la exclusividad son dos de los principales impulsores de su valor. Cuanto más rara sea una obra de arte o un reloj, mayor valor tendrá. En el caso de los relojes de lujo suele darse al tratarse de modelos de relojes muy concretos que no se encuentran tan fácilmente en el mercado. Es el caso de marcas como Patek Philippe, Audemars Piguet, Omega o Rolex. Con el arte pasa lo mismo: al ser piezas únicas, es muy difícil encontrar obras de determinados artistas ya fallecidos. Por eso, cuando salen al mercado son muy codiciadas.
Calidad y Maestría
La calidad y la maestría en la creación de una obra de arte o un reloj de lujo también influyen en su valor. Los Old Masters suelen presentar una técnica excepcional, creatividad innovadora o una narrativa poderosa que atrae a coleccionistas y aficionados de todo el mundo. Lo mismo pasa con el arte emergente: artistas tendentes a la consagración cuyas obras escasean debido a la gran calidad de las mismas. Con respecto a los relojes de lujo, solemos encontrar lo mismo en los materiales, tiempo de fabricación y otros elementos como la complejidad del movimiento.
Prestigio y Reconocimiento
El prestigio y el reconocimiento de artistas y marcas influyen significativamente en el valor de estos bienes. Ambos son garantía de calidad. Los artistas consagrados, son aquellos que han dejado marca en la Historia del Arte, por tanto suelen tener obras más valoradas. Del mismo modo, marcas con una larga trayectoria, reputación, herencia e historia en la industria son las más buscadas por los coleccionistas.
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Más allá del valor monetario: el valor aspiracional
Junto al valor económico, arte y relojes de lujo ofrecen uno de los mayores beneficios intangibles que puede ofrecer un objeto: valor aspiracional y emocional. Estos objetos se convierten en símbolos de estatus y buen gusto. Al tener un público tan específico, tener uno de estos objetos hace a la persona entrar a formar parte de un grupo exclusivo.
Asimismo, son una forma de expresión personal. Cada pieza tiene una historia, un significado y un estilo únicos. Al elegir cuidadosamente una obra de arte o un reloj de lujo, puedes reflejar tus preferencias estéticas, valores y personalidad. Estos objetos se convierten en parte de la identidad de uno, mostrando a los demás el gusto y conocimiento que se desprende de tener una colección.
¿Cuál es la mejor inversión?
Como inversión, ambos activos ofrecen una combinación excepcional de valor monetario y aspiracional. Estos bienes pueden brindar tanto estabilidad como apreciación a lo largo del tiempo, esencialmente por su rareza, calidad y prestigio. Hemos de tener en cuenta que, si bien ambos reúnen unas características similares que les hacen ser exclusivos, presentan algunas diferencias en el mercado.
Los relojes se producen en mayor cantidad que las obras de arte, las cuales se crean de manera única y no hay dos iguales (a no ser que se trate de una serie). Sin embargo, de un mismo modelo sí podemos encontrar varios relojes. A la larga, esto puede jugar a favor, ya que a la hora de vender en el mercado secundario es mucho más sencillo, al encontrar (casi siempre) compradores interesados.
En el caso del arte resulta un tanto más complejo: la gran variedad de artistas y estilos hace que encontrar un comprador en el mercado secundario sea más complicado. Puede hacerse mediante instituciones o plataformas especializadas, pero su liquidez es menor que la de los relojes. Sin embargo, una de sus mayores ventajas, es que su revalorización es mucho mayor. Sobre todo si hablamos de artistas emergentes o a media carrera, los cuales tienen altas posibilidades de consagrarse y llegar a cotas de revalorización muy altas.