En su tercera entrega, la temporada 2025-2026 de S Gallery continúa revelando las voces que dan forma a Ocho formas de mirar el presente, una constelación de ocho exposiciones individuales que exploran la imagen contemporánea desde ángulos radicalmente distintos.
Tras la apertura del recorrido con Paco Díaz y Horacio Quiroz, esta entrega presenta a Carlos Blanco Artero y Jordi Díez: dos artistas cuya obra pone en juego conceptos aparentemente opuestos —cuerpo y materia, caos y armonía— para transformarlos en lenguaje visual.
El caos, traducido en armonía – Carlos Blanco Artero

En la pintura de Carlos Blanco Artero, la complejidad del presente se traduce en un equilibrio visual meticuloso. Sus composiciones, que oscilan entre la neofiguración y la abstracción, organizan la saturación en estructuras precisas, generando un orden que no niega el caos, sino que lo convierte en un sistema estético.
En esta muestra, Blanco Artero presenta obras que combinan figuras fragmentadas, planos superpuestos, y volúmenes deformados con una paleta cromática cuidadosamente afinada. Su trazo, a veces controlado y otras veces gestual, alterna entre lo sobrio y lo exuberante, revelando influencias que van de Picasso y Bacon a Condo y Picabia.
Cada lienzo funciona como una partitura visual, donde el ritmo, la pausa, y la variación se articulan como si de música se tratara. En lugar de simplificar la complejidad, Blanco Artero la sintetiza en un lenguaje propio, reconocible, y coherente.
La materia, asumida como discurso activo – Jordi Díez

La escultura de Jordi Díez parte de una premisa clara: la materia no es un soporte pasivo, sino un agente con voz propia. Trabajando principalmente con acero inoxidable, Díez construye un lenguaje donde lo técnico y lo poético coexisten. La figura humana, núcleo de su práctica, aparece no como representación de un canon ideal, sino como energía contenida en el metal, capaz de vibrar entre lo tangible y lo simbólico.
Cada pliegue y cada tensión del acero están cargados de intención expresiva. La estructura interna, visible y expuesta, convierte al cuerpo en una arquitectura abierta que revela su proceso de construcción. La luz juega un papel fundamental: más que iluminar, activa la pieza, generando variaciones según la posición del espectador y el entorno.
En un contexto donde lo escultórico suele debatirse entre la forma y la idea, Díez logra que ambas se potencien mutuamente. Su obra propone una experiencia directa con la materia, afirmando su valor como discurso en sí mismo.
Materia y forma como vectores de sentido
La presencia de Jordi Díez y Carlos Blanco en Ocho formas de mirar el presente expande el mapa conceptual de la exposición: desde la fisicidad escultórica que revela su propia construcción hasta la pintura que convierte la confusión en cadencia.
En ambos casos, la obra no sólo representa, sino que piensa desde la materia y la forma, generando un discurso visual que conecta lo sensorial con lo intelectual.
La inauguración cuenta con aforo limitado. Reserva tu plaza aquí para participar en este recorrido por ocho universos autónomos del arte contemporáneo.

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