El arte ha sido un método de inversión durante siglos. Desde la Edad Media, al Renacimiento, pasando por la Edad Moderna, han sido muchas las personas que han utilizado el arte para invertir en su patrimonio. A pesar de sus altibajos, ha demostrado ser una inversión sólida, con posibilidades de rentabilidad a largo plazo. Su resiliencia como método de inversión ha ido ligada a cómo el mercado ha evolucionado a lo largo de estos siglos, principalmente adaptándose al entorno digital y abriendo nuevas oportunidades para diferentes perfiles inversores.
Accesibilidad mediante los mercados online
Una de las principales ventajas que nos ha dejado el arte contemporáneo como método de inversión, es su accesibilidad. Esto se debe gracias al proceso de digitalización, que ha permitido acercar el arte a gran cantidad de personas. Si bien esto era algo que ya se hacía, gracias a la pandemia de COVID-19, todos los agentes del mundo del arte se vieron obligados a digitalizarse, convirtiendo el panorama del arte en algo cercano para todos. Con esta tendencia, tanto inversores, coleccionistas, como interesados de cualquier clase, tienen acceso directo a la obra de multitud de artistas, pudiendo elegir las que mejor se adapten a sus gustos.
Estos mercados brindan la oportunidad de descubrir artistas nuevos, tanto emergentes como establecidos. Asimismo, los transportes de las obras de arte también se han facilitado mucho más, permitiendo la compra online y, en la mayoría de casos, envíos nacionales o internacionales para llevar la obra con la mayor facilidad posible. Esto hace del arte un método de inversión fácil y factible para todo el mundo. Para más información sobre el arte como método de inversión, descarga la guía gratuita de Saisho.
Amplia diversidad de artistas y estilos
Si bien a día de hoy todo está automatizado y se crea de manera masiva, es precisamente esto lo que ha dado un mayor valor e importancia al arte como método de inversión, revistiéndolo de un halo de exclusividad con respecto a otros productos. El arte contemporáneo abarca una amplia gama de técnicas, enfoque y estilos, permitiendo la oportunidad de diversificar los portfolios. Esto va desde el tipo de arte que se crea (pintura, escultura, fotografía, etc.) a la abundancia de artistas que hay para elegir. Esto permite encontrar obras que se alineen con las preferencias personales de cada uno, siguiendo la línea de sus objetivos de inversión.
Asimismo, es la estrategia que utilizan los coleccionistas para saber qué obras comprar; en base al concepto que han utilizado para crear su colección, elegirán unos artistas u otros en función a qué crean, con qué materiales, el discurso que utilizan, etc. Por eso, personas interesadas en el arte abstracto podrían ver sus gustos resueltos con obras de Ikella Alonso o María José Benvenuto, mientras que alguien más orientado hacia el street art podría encontrarlo en la figura de Xavi García o Xavi Ceerre. El aumento de la cantidad de artistas y estilos ha servido para generar una mayor accesibilidad al mundo del arte, generando también un genuino interés en multitud de personas.
Potencial de revalorización a largo plazo
En los últimos años, ha podido verse una significativa revalorización en cuanto a su valor económico, haciéndolo extraordinariamente atractivo para perfiles inversores. La manera en que los precios de las obras de arte han subido, han sido de manera exponencial en los últimos años, con un crecimiento más que llamativo del arte contemporáneo con respecto a otros tipos de arte.
Las obras de arte se diferencian por ser una clave de activos de inversión no tan líquidos como otros, tales como las acciones. Son una inversión a largo plazo que, si bien es difícil convertirlas rápidamente en efectivo, corresponden a un incremento de valor patrimonial que actúa como depósito de valor.
Pese a su accesibilidad (cada vez mayor) es importante tener en cuenta elementos como la investigación del artista. Si quiere hacerse una inversión en arte a largo plazo, la investigación previa resulta fundamental, pues puede hacernos ver una idea general de cómo la obra de un artista puede revalorizarse a lo largo del tiempo. Saber en qué galerías ha expuesto, qué colecciones tienen obra suya, si ha ido a ferias de arte… Todo esto son importantes elementos a tener en cuenta antes de comprar una obra de arte.
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